Como primera reflexión, me pregunto si un proceso de regulación de la RSE no supone un desincentivo a la diferenciación a través de la innovación que se genera integrando las expectativas de los grupos de interés en el modelo de negocio.
Es cierto que la regulación comportará que muchas empresas que hoy no prestan todavía atención a la RSE, se verán "obligadas" al cumplimiento de unos requisitos, y sin entrar en el famoso dicho que conocemos todos de "cumplo y miento", habrán muchas empresas que se limitaran en cumplir con los requisitos que se les exige la Ley (lo cual en algunos casos no es poco). Pero........¿Donde se queda la innovación en ese proceso?
Un segundo elemento de reflexión está relacionado con los propios grupos de interés y sus expectativas. En este sentido se me ocurre destacar dos obviedades:
1) Cada empresa tiene sus propios grupos de interés, siendo su importancia y criticidad totalmente distintos.
2) Las expectativas de cada grupo de interés para cada empresa ni son iguales ni se mantienen constantes en el tiempo.
Comprender esas obviedades, es la verdadera esencia de la RSE y ambas no pueden ser reguladas, sino integradas voluntariamente por las empresas que realmente crean en que es posible un comportamiento socialmente responsable como eje para mejorar su competitividad.