
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebra en Belém (Brasil), avanza contra reloj. Sin embargo, el avance de las negociaciones se ve cada vez más amenazado por un fenómeno que va más allá de la política: la proliferación de noticias falsas que distorsionan el debate público y ponen en riesgo la acción climática. Así lo señala Noticias ONU, que da cuenta de una nueva respuesta internacional para afrontar el problema.
Este miércoles, un grupo de doce países —Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, España, Suecia, Uruguay, los Países Bajos y Bélgica— suscribió la Declaración sobre la Integridad de la Información en el Cambio Climático, un compromiso para combatir la desinformación en línea y proteger a quienes generan contenido verificado: periodistas ambientales, investigadores y divulgadores científicos.
La medida se enmarca en la Iniciativa Global para la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático, impulsada por el Gobierno de Brasil junto al Departamento de Comunicación Global de la ONU y la UNESCO, lanzada en junio de este año.
João Brant, secretario de Políticas Digitales de Brasil, aseguró durante el anuncio que el objetivo es “crear una ola de verdad”, reforzando el acceso a información rigurosa en un momento crucial para la acción climática global.
La desinformación no solo afecta a la opinión pública; puede interferir directamente en los acuerdos climáticos multilaterales. Así lo advirtió Frederico Assis, enviado especial de la COP30 para la Integridad de la Información, en declaraciones a Noticias ONU.
Según Assis, las campañas organizadas —frecuentemente impulsadas por visiones “oscurantistas”— alimentan el extremismo político, ponen vidas en riesgo durante desastres climáticos y comprometen cada fase del proceso de la COP. “Si no abordamos adecuadamente la desinformación que proviene del negacionismo, todos nuestros esfuerzos estarán en riesgo”, señaló.
El experto expresó su preocupación por el papel de los algoritmos, que amplifican mensajes manipulados y teorías conspirativas mediante tácticas cada vez más sofisticadas. Su misión en la COP30 consiste en mantener el tema en el centro del debate y movilizar a gobiernos, líderes sociales y medios de comunicación para avanzar en una respuesta coordinada.
Guilherme Canela, director de la UNESCO para Inclusión, Políticas y Transformación Digital, subrayó en entrevista con Noticias ONU que es la primera vez que la integridad de la información se incorpora formalmente a la agenda de una COP. También explicó que aún se conoce muy poco sobre la estructura que sostiene la desinformación climática. “¿Quién financia estas publicaciones? ¿Por qué circulan más rápido que la información verificada? Necesitamos respuestas para diseñar estrategias efectivas”, afirmó. Para ello, la iniciativa global ha creado el Fondo para la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático, que ya recibió 447 propuestas de casi 100 países. Con financiación inicial de un millón de dólares aportada por Brasil, casi dos tercios de los proyectos seleccionados proceden de países del Sur Global.
La desinformación adopta múltiples formas y se adapta rápidamente, según explicó la creadora de contenido y activista climática Maria Clara Moraes, entrevistada por Noticias ONU. Coautora de la plataforma Marias Verdes —que suma más de medio millón de seguidores en TikTok—, describe un ecosistema altamente organizado y con respaldo de intereses poderosos, especialmente de la industria de los combustibles fósiles.
Las estrategias de desinformación, añade, cambian de “disfraz” constantemente: desde negar la crisis climática hasta promover la idea fatalista de que ya es demasiado tarde para actuar. “Eso también es desinformación”, subrayó. Frente a ello, defiende el multilateralismo y la importancia de espacios como la COP30.
Pese a los desafíos, Moraes mantiene la esperanza en las generaciones más jóvenes, cada vez más informadas y activas frente a la emergencia climática. Las decisiones cotidianas —afirma— pueden contribuir a “micro-revoluciones” que, sumadas, impulsan transformaciones sistémicas necesarias para afrontar la crisis. En un momento crítico para la acción climática, la integridad de la información se revela como un pilar indispensable. Sin datos fiables, no hay decisiones efectivas; sin protección para quienes informan, no hay debate democrático. La COP30 lo deja claro: combatir la desinformación es también combatir la crisis climática.