La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha lanzado una advertencia contundente: el planeta continuará registrando temperaturas sin precedentes entre 2025 y 2029. Según su informe anual sobre perspectivas climáticas globales a corto plazo —publicado recientemente bajo el título Global Annual to Decadal Climate Update—, la temperatura media global cercana a la superficie terrestre podría situarse entre 1,2 °C y 1,9 °C por encima del promedio preindustrial (1850-1900).
Este nuevo diagnóstico, basado en más de 200 simulaciones de 15 centros climáticos internacionales —entre ellos, el Barcelona Supercomputing Center y la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office)—, revela una tendencia inquietante:
“El planeta ha vivido la década más cálida desde que existen registros. Este nuevo informe no deja margen para el optimismo: las consecuencias del calentamiento global serán cada vez más graves y generalizadas”, ha declarado Ko Barrett, Secretaria General Adjunta de la OMM, en palabras recogidas por la organización.
Entre las regiones más afectadas destaca el Ártico, donde se espera un incremento medio de 2,4 °C entre noviembre y marzo, más del triple del promedio mundial. Además, se prevé una pérdida continuada de hielo marino en mares clave como el de Barents o el de Bering, lo que acelera el deshielo y repercute en la circulación atmosférica global.Otros fenómenos destacados por el informe son el aumento de las precipitaciones en zonas como el Sahel, el norte de Europa y Siberia, y la tendencia opuesta —una reducción preocupante de lluvias— en la cuenca del Amazonas, una región vital para la estabilidad climática global.
Cada décima de grado, una amenaza creciente
El informe subraya que superar de forma puntual el umbral de 1,5 °C no significa incumplir automáticamente el Acuerdo de París, que se basa en medias a largo plazo (generalmente sobre 20 años). Sin embargo, estos episodios de calor extremo son señales claras de un sistema climático cada vez más desequilibrado.
Los científicos insisten en que cada fracción adicional de calentamiento agrava los fenómenos meteorológicos extremos: olas de calor más intensas y frecuentes, lluvias torrenciales, sequías prolongadas, deshielo de glaciares, aumento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad.
Este panorama se presenta justo antes de un año crucial: en 2025, durante la COP30, los países deberán actualizar sus compromisos climáticos nacionales (NDC), una oportunidad vital para reforzar la acción frente al cambio climático. La OMM subraya la importancia de contar con herramientas científicas rigurosas y accesibles para guiar las decisiones políticas. “Este informe no solo advierte, también proporciona una base sólida para planificar estrategias de adaptación y mitigación”, destacan desde la organización.