No es habitual ver en un mismo espacio a quienes financian proyectos, quienes los implementan y quienes los viven en primera persona. Sin embargo, eso fue lo que ocurrió en la sede de Open Value Foundation, donde se celebró una jornada organizada junto a la organización HOGAR SÍ para hablar de uno de los grandes retos sociales en España: el sinhogarismo, que afecta a más de 35.000 personas en el país.
Bajo el título “Acompañando a una empresa social: el caso de Primero H SOCIMI”, el evento puso el foco en un modelo innovador que conjuga inversión inmobiliaria y justicia social, demostrando que la vivienda puede y debe ser un derecho garantizado. El encuentro estuvo moderado por José Manuel Caballol, director general de HOGAR SÍ, quien abrió la jornada con una afirmación clara: “las personas no están en la calle por decisión propia, sino por un sistema que falla”. Frente a ese sistema, Primero H SOCIMI representa una alternativa concreta: una empresa social que adquiere y rehabilita viviendas para personas en situación de sinhogarismo, en colaboración con entidades sociales que acompañan su proceso de inclusión.
Impulsada por HOGAR SÍ y ASOCIMI, esta sociedad cotizada de inversión inmobiliaria (SOCIMI) no busca maximizar beneficios a cualquier precio, sino generar impacto sin renunciar a la rentabilidad. Un equilibrio que ya empieza a dar frutos.
Uno de los momentos más conmovedores fue el testimonio de Javier, beneficiario del programa, quien compartió su experiencia vital con sinceridad: “Tengo trabajo, pero no me alcanza para alquilar nada en Madrid”. Su historia es la de muchas personas que, aun con empleo, no logran acceder a una vivienda digna.También participaron Felipe Antonio Rojas Román, coordinador del Programa Baobab de Pueblos Unidos, y Barry, un joven migrante que contó el proceso que ha vivido hasta regularizar su situación y conseguir un hogar: “Ahora debo dejar el piso para que otros lo usen, pero no consigo vivienda porque no me la alquilan con mi nómina”.
Durante la mesa redonda, varios expertos ofrecieron una visión más estructural del problema. Paco Campos, CEO de WeRent, propuso incorporar la vivienda como el quinto pilar del Estado del bienestar, junto a la sanidad, la educación, la Seguridad Social y los servicios sociales. Según sus datos, sería necesario invertir un 17% del PIB en vivienda en la próxima década para revertir la situación.
Por su parte, Alejandra Mora Gallego, cofundadora de ALAS SBIC Vivienda Asequible, compartió su experiencia al frente de una SOCIMI de interés común que promueve el acceso a vivienda asequible con impacto social medible. Actualmente, su organización impulsa más de 1.500 viviendas entre Madrid y Cataluña.
Xavier Mauri, consultor estratégico en vivienda social, cerró la mesa subrayando la importancia de articular redes eficaces entre el sector público, privado y social. Destacó el modelo catalán, donde 16 fundaciones gestionan más de 4.000 viviendas sociales, y señaló que las SOCIMI pueden ser una herramienta clave para conectar capital e impacto.
Lo que este encuentro dejó claro es que las soluciones al sinhogarismo no solo existen, sino que ya están dando resultados tangibles. Primero H SOCIMI no es una utopía, sino una realidad que devuelve dignidad, estabilidad y futuro a quienes más lo necesitan. Como expresó HOGAR SÍ durante la jornada, “nadie debería vivir en la calle. Todos merecemos un lugar donde empezar de nuevo”.