Durante la recta final de la COP29, la agencia ONU Mujeres advirtió sobre las profundas desigualdades exacerbadas por el cambio climático, señalando que las mujeres y las niñas son las principales afectadas por la crisis ambiental. El trabajo de cuidados no remunerado y la inseguridad alimentaria son algunas de las problemáticas que se agravan con el deterioro del medio ambiente.
Jemimah Njuki, jefa de Empoderamiento Económico de ONU Mujeres, destacó que las mujeres del África subsahariana destinan diariamente 200 millones de horas a la recolección de agua, una cifra comparable al total de horas laborales de la fuerza laboral del Reino Unido. “En el peor escenario climático, 236 millones más de mujeres y niñas enfrentarán inseguridad alimentaria, y 158 millones caerán en la pobreza”, alertó Njuki, subrayando que las políticas climáticas deben abordar de forma urgente las desigualdades de género.
Jessica Hernández, investigadora indígena y defensora de los derechos a la tierra, resaltó la importancia de reconocer legalmente los territorios gestionados por comunidades indígenas, que ya salvaguardan ecosistemas vitales para la humanidad. Según Hernández, esta protección es clave para frenar el avance de la crisis climática y garantizar la seguridad alimentaria global.
“Sin reconocimiento legal, estas comunidades quedan expuestas a la explotación y a la pérdida de sus territorios”, explicó Hernández, quien también abogó por una mayor representación de mujeres indígenas en la toma de decisiones climáticas.
Por su parte, Carolina Santos, representante de la organización juvenil brasileña Engajamundo, llamó a fortalecer el liderazgo femenino en los debates sobre financiamiento climático y derechos a la tierra, argumentando que las mujeres están en la primera línea de los impactos de la crisis. El Secretario General de la ONU, António Guterres, exhortó a los negociadores de la COP29 a alcanzar un acuerdo histórico sobre financiación climática, asegurando que el fracaso "no es una opción". Esta financiación es crucial para apoyar a los países en desarrollo frente a fenómenos extremos como inundaciones, incendios y sequías.
Aunque se han identificado áreas de consenso, persisten desacuerdos sobre los objetivos de financiación. Guterres advirtió que la falta de acción en Bakú podría obstaculizar los preparativos para la COP30 en Brasil, intensificando los desafíos climáticos globales. Con un llamado unificado desde distintos sectores, la COP29 subraya la urgencia de integrar la equidad de género y los derechos de las comunidades indígenas en la lucha contra el cambio climático, una tarea que no admite más dilaciones.