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Un estudio de EIT Urban Mobility subraya la necesidad urgente de inversiones y cambios en el comportamiento para cumplir los objetivos del Pacto Verde, destacando el transporte público como la opción más efectiva y accesible para descarbonizar las ciudades de Europa.
Movilidad sostenible: clave para reducir emisiones y mejorar la salud en ciudades europeas

El último informe de EIT Urban Mobility, una iniciativa del Instituto Europeo de Tecnología e Innovación, examina en profundidad los retos y oportunidades para que las ciudades europeas transiten hacia una movilidad urbana más sostenible. Titulado "Coste y Beneficio de la Transición a la Movilidad Urbana", el estudio destaca que los avances tecnológicos, aunque significativos, no serán suficientes por sí solos para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos del Pacto Verde de la UE para 2030 y 2050.

El informe analiza tres escenarios en doce ciudades europeas, concluyendo que reducir las emisiones en un 44% para 2030 solo será posible con una estrategia que combine restricciones al uso de vehículos privados, transporte público accesible y opciones de movilidad compartida. Aunque esta estrategia plantea desafíos en términos de aceptación social, se estima que el número de usuarios del transporte público podría aumentar un 7%, mientras que los desplazamientos en automóvil privado disminuirían hasta un 16%.

Maria Tsavachidis, directora general de EIT Urban Mobility, ha destacado la importancia de actuar de forma coordinada a nivel europeo y local para priorizar inversiones en infraestructuras sostenibles. "El transporte público no solo es la opción más asequible para reducir emisiones, sino también la más inclusiva", afirmó Tsavachidis.

Además de los beneficios ambientales, el informe destaca los impactos positivos en la salud pública y la seguridad vial. La adopción de modos de transporte más activos, como caminar o el ciclismo, podría generar ahorros en costes de salud de hasta 1.170 euros por persona para 2050. Asimismo, se espera que la mejora de infraestructuras y la incorporación de tecnologías inteligentes reduzcan las muertes por accidentes de tráfico en un 70%.

A pesar de los costes estimados en 1,5 trillones de euros para implementar estas medidas, el estudio concluye que los beneficios económicos, sociales y medioambientales compensan ampliamente la inversión, sentando las bases para una movilidad urbana más limpia, segura y saludable.

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