El panorama empresarial está en constante evolución, y con él, la manera en que las organizaciones se gestionan. Un reciente artículo del Pacto Mundial de las Naciones Unidas revela que la gobernanza transformadora es un enfoque basado en principios que trasciende el mero cumplimiento de normativas. Se trata de un modelo integral que abarca tanto la gobernanza interna como el fortalecimiento de las instituciones públicas, facilitando a las empresas generar un impacto positivo a través de prácticas éticas, transparentes e inclusivas. Esto también fomenta la inversión responsable en las comunidades donde operan.
Implementar este tipo de gobernanza ofrece múltiples ventajas competitivas. Las empresas que adoptan la transparencia y la ética pueden ganar la confianza de consumidores, inversores y empleados. Además, un enfoque inclusivo y sostenible mejora la reputación corporativa, allanando el camino hacia un rendimiento financiero más robusto a largo plazo.
Al adoptar la gobernanza transformadora, las empresas contribuyen al ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas, fortaleciendo la justicia y apoyando la solidez institucional mediante prácticas de gobernanza que priorizan la ética y la inclusión.
El liderazgo es fundamental en este proceso. Los consejos de administración y la alta dirección deben anticipar y abordar desafíos, alineando las estrategias empresariales con los principios de justicia, inclusión y sostenibilidad. Esto implica que los responsables, como el CEO y su equipo, deben estar equipados con habilidades para gestionar problemas sociales y prever riesgos emergentes, potenciadas por la formación continua y la innovación tecnológica. También es crucial establecer mecanismos que faciliten la interacción con inversores y otros grupos de interés, optimizando así la toma de decisiones y la comunicación estratégica.
El artículo también aborda los retos asociados a esta forma de gobernanza. Según los expertos, su éxito radica en la integración efectiva de las estrategias ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en todos los niveles de la empresa. La colaboración con inversores y la sociedad civil, junto con una formación continua, son esenciales para satisfacer las crecientes demandas de sostenibilidad.
Los líderes empresariales están reevaluando conceptos como la materialidad y el deber de diligencia, ajustando sus políticas para cumplir con las nuevas regulaciones en materia de sostenibilidad. Además, es fundamental que las empresas se comprometan con grupos de interés, incluidas ONG y comunidades, y que aborden temas de derechos humanos, corrupción y riesgos ambientales.
La reputación corporativa, un activo invaluable, requiere una gestión eficaz del riesgo y de la comunicación. En un mundo digital, la reputación puede deteriorarse rápidamente debido a escándalos, y el greenwashing se ha convertido en un riesgo significativo. Las empresas deben evitar hacer afirmaciones engañosas sobre sus prácticas sostenibles, priorizando la transparencia y la autenticidad para mantener la confianza de los grupos de interés.
Finalmente, el artículo sugiere que la implementación de la gobernanza transformadora debe ser global e interfuncional, involucrando a expertos en estrategia y prácticas empresariales responsables. Algunas recomendaciones clave son:
La gobernanza transformadora representa un desafío pero también una necesidad urgente. Este camino requiere el compromiso de la alta dirección y los consejos de administración para avanzar hacia una sociedad más justa, sostenible e inclusiva.