Recientemente, se dieron a conocer los resultados del último informe "Tendencias y previsiones" de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Según este estudio las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron un 2% el año pasado en toda la Unión Europea, en comparación con los niveles de 2021. Sin embargo, a pesar de los avances logrados en reducción de emisiones, energías renovables y eficiencia energética, el informe advierte de que es urgente acelerar las medidas para cumplir los ambiciosos objetivos climáticos y energéticos de la UE.
Los expertos a cargo del estudio advierten que, ahora que el grueso de la legislación climática y energética de la UE en el marco del "paquete Fit for 55" ya está en vigor, la UE y sus Estados miembros trabajan para cumplir los objetivos, según el informe Tendencias y previsiones en Europa 2023, que detalla los progresos realizados. A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero retomaban una trayectoria descendente tras la recuperación en 2021 de la pandemia de Covid-19, los Estados miembros también informaron de un mayor nivel de ambición para las reducciones de 2030 y de miles de políticas y medidas nacionales para cumplir los objetivos climáticos y energéticos. Aunque el informe destaca algunos signos alentadores de progreso, también hace hincapié en que será necesario al menos duplicar los esfuerzos para alcanzar los ambiciosos objetivos fijados para finales de esta década.
Ciertamente, la UE ha reducido las emisiones netas de gases de efecto invernadero, incluida la aviación internacional, en un 31% respecto a los niveles de 1990, fomentando al mismo tiempo el crecimiento económico. En un contexto de subida de los precios del gas natural, en 2022 se registró una reducción del 2% de las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsada por descensos sustanciales en los sectores de la construcción y la industria, mientras que aumentaron las emisiones procedentes del suministro de energía y el transporte.
Según el informe de la AEMA, para alcanzar el objetivo de reducción de emisiones de 2030, el ritmo de reducción anual de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa debe más que duplicarse en comparación con los avances anuales registrados desde 2005. Se necesitan reducciones más rápidas sobre todo en el caso de las emisiones procedentes del transporte por carretera, los edificios, la agricultura, los residuos y las pequeñas industrias, todas ellas cubiertas por el Reglamento de reparto del esfuerzo. Las reducciones del consumo de energía y el crecimiento de las energías renovables deben acelerarse aún más para alcanzar los objetivos de 2030 incluidos en las Directivas sobre eficiencia energética y energías renovables recientemente adoptadas.
Al mismo tiempo, la publicación indica avances notables en ámbitos concretos. Mientras que la eólica y la solar tenían una presencia modesta en el sector eléctrico en 2005, su cuota estimada en la producción de electricidad ha superado el 20% en 2022. El reciente despliegue de la energía solar ha sido especialmente notable, ya que ha crecido un 28% a lo largo de 2022. El informe también señala un notable aumento de las ventas de bombas de calor durante 2022 y la creciente cuota de los vehículos eléctricos, que representaron un 22% del total de ventas de coches nuevos el año pasado.
En marzo de 2023, los Estados miembros comunicaron más de 3000 políticas y medidas para alcanzar los objetivos energéticos y climáticos. Según sus previsiones, las medidas ya aplicadas en toda Europa conducirían a una reducción del 43% en 2030 de las emisiones netas totales de gases de efecto invernadero, incluida la aviación internacional, mientras que otras medidas que se están planificando actualmente impulsarían las reducciones hasta el 48%. El año pasado, los Estados miembros sólo preveían una reducción total del 41%, lo que indica un aumento conjunto de la ambición en toda Europa en el último año. Sin embargo, aún quedaría un desfase de siete puntos porcentuales respecto al objetivo del 55% fijado por la UE para 2030.
Más allá de 2030
Si miramos más allá de 2030, el informe sostiene que la diferencia entre el efecto previsto de las políticas y medidas y los objetivos es mayor, según el informe de la AEMA. Advierte de que la oportunidad de poner en marcha las decisiones y tecnologías adecuadas es limitada, por lo que es imperativo que la neutralidad climática se tenga en cuenta en las políticas dirigidas a muchos sectores. En particular, el informe subraya que es urgente acelerar los esfuerzos en el transporte y la agricultura de cara a 2050, que hasta ahora han ido a la zaga de otros sectores en la reducción de emisiones, y menciona la contribución crucial de aumentar la capacidad de absorción de CO2 dentro del sector del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura.
La actualización de los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) de los Estados miembros, cuyos borradores se están presentando desde el verano de 2023 y cuya actualización final se espera para el 30 de junio de 2024, ofrece a los Estados miembros la oportunidad de establecer políticas y medidas más sólidas y aumentar los niveles de ambición. El informe señala que la actualización de estos planes, junto con la rápida aplicación de las medidas adoptadas a nivel de la UE, son ingredientes clave para cumplir los objetivos.