El ecodiseño, también conocido como diseño sostenible o diseño ecológico, es un enfoque que busca integrar consideraciones ambientales en todas las etapas del proceso de diseño de productos, desde su concepción hasta su disposición final. El objetivo principal del ecodiseño es minimizar el impacto ambiental de los productos a lo largo de su ciclo de vida, teniendo en cuenta factores como la eficiencia energética, el uso de materiales renovables, la reducción de residuos, la optimización del transporte y la durabilidad del producto.
Se ha demostrado que el ecodiseño es una herramienta poderosa para fomentar la transición hacia una economía más circular y sostenible. Al integrar consideraciones ambientales desde las primeras etapas del diseño, se pueden reducir los impactos negativos en el medio ambiente y promover la conservación de los recursos naturales. Además, el ecodiseño también puede generar oportunidades de negocio y diferenciación para las empresas, al ofrecer productos más sostenibles y alineados con las demandas de los consumidores cada vez más conscientes del medio ambiente.
Conscientes del impacto que tiene para el planeta el consumo, hoy, jueves 15 de junio, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) adoptó su posición sobre la revisión del marco comunitario de diseño ecológico para productos sostenibles con 68 votos a favor, 12 en contra y 8 abstenciones. Está previsto que el informe se apruebe durante la sesión plenaria de julio de 2023 y constituirá la posición negociadora del Parlamento con los gobiernos de la UE sobre la forma final de la legislación.
Cabe recordar que este avance se enmarca dentro de otros pasos que la UE ya ha venido dando. Concretamente, el pasado 30 de marzo de 2022, la Comisión presentó una propuesta de Reglamento para establecer un marco general para fijar los requisitos de diseño ecológico de los productos sostenibles y derogar las normas actuales, que se centran únicamente en los productos relacionados con la energía. Las normas revisadas se aplicarían a casi todos los productos del mercado interior (excepto alimentos, piensos, medicamentos y organismos vivos). La propuesta forma parte de un paquete sobre economía circular, que también incluye una estrategia de la UE para los textiles sostenibles y una propuesta sobre la capacitación de los consumidores para la transición ecológica.
El informe prohíbe la obsolescencia prematura, lo que significa que los fabricantes no deben limitar la vida útil de un producto mediante características de diseño y deben poner a disposición actualizaciones de software, consumibles, piezas de repuesto y accesorios durante un periodo adecuado. Los productos también deben ser fáciles de reparar y los consumidores deben tener acceso a directrices de reparación.
Otro importante avance es que los productos sólo podrán venderse si van acompañados de un "pasaporte del producto", que contenga información precisa y actualizada. Este pasaporte permitiría a consumidores y empresas tomar decisiones informadas a la hora de comprar productos, facilitaría las reparaciones y el reciclaje, y aumentaría la transparencia sobre el impacto medioambiental de lo que compran. Las y los eurodiputados quieren que los consumidores puedan comparar los pasaportes de producto a través de una plataforma online.
Asimismo la nueva disposición indica que los operadores económicos que destruyan productos no vendidos tendrían que informar del número y porcentaje anual de productos que desechan, así como de sus motivos. Basándose en esta información, los eurodiputados quieren que la Comisión identifique los productos para los que debería introducirse una prohibición de destrucción. Además, el informe pide que se prohíba específicamente la destrucción de textiles y calzado sin vender, así como de aparatos eléctricos y electrónicos, un año después de la entrada en vigor de la ley.
Finalmente, las y los eurodiputados quieren que la Comisión dé prioridad a una serie de grupos de productos en su primer plan de trabajo, que deberá adoptarse en un plazo de tres meses tras la entrada en vigor de la nueva normativa. Entre estos productos prioritarios figuran el hierro, el acero, el aluminio, los textiles (sobre todo prendas de vestir y calzado), los muebles, los neumáticos, los detergentes, las pinturas, los lubricantes y los productos químicos.
En palabras de Alessandra Moretti: "Es hora de acabar con el modelo de "tomar, fabricar, desechar", que es tan perjudicial para nuestro planeta, nuestra salud y nuestra economía. Esta ley garantizará que los nuevos productos se diseñen de forma que beneficien a todos, respeten los límites de nuestro planeta y protejan el medio ambiente. Los productos sostenibles se convertirán en la norma, lo que permitirá a los consumidores ahorrar energía, facilitar las reparaciones y tomar decisiones ecológicas inteligentes cuando compren, ahorrándose dinero a largo plazo."