Las muertes y el cambio climático están relacionados en varios aspectos. El cambio climático es un fenómeno global que se refiere al aumento de la temperatura promedio de la Tierra debido a las emisiones de gases de efecto invernadero causadas principalmente por la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Este cambio en el clima tiene una serie de impactos negativos en el medio ambiente y la salud humana, lo que puede resultar en un aumento de las muertes.
Algunas de las formas en las que el cambio climático puede contribuir a un aumento de las muertes son:
En este escenario, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha afirmado que los riesgos meteorológicos, climáticos e hidrológicos causaron cerca de 12.000 catástrofes entre 1970 y 2021. Los países en desarrollo fueron los más afectados, ya que nueve de cada 10 muertes y el 60% de las pérdidas económicas se debieron a perturbaciones climáticas y condiciones meteorológicas extremas. La OMM señaló que los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo sufrieron un coste "desproporcionadamente" elevado en relación con el tamaño de sus economías.
En los países menos adelantados, la agencia de la ONU informó de que varios desastres ocurridos en el último medio siglo habían causado pérdidas económicas de hasta el 30% del producto interior bruto (PIB), mientras en los pequeños estados insulares en desarrollo, una de cada cinco catástrofes tuvo un impacto "equivalente a más del 5%" del PIB, y algunas de ellas aniquilaron todo su PIB. Concretamente, en Asia, se registró el mayor número de muertes debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos en los últimos 50 años, con cerca de un millón de fallecidos, más de la mitad sólo en Bangladesh. Por su parte, en África, las sequías representaron el 95% de las 733.585 muertes registradas por desastres climáticos.
Si bien el panorama en relación a la emergencia climática es poco alentador, lo cierto es que las alertas tempranas salvan vidas. En este sentido, la OMM subrayó que la mejora de los sistemas de alertas tempranas y la gestión coordinada de las catástrofes han contribuido a mitigar su impacto mortal. La agencia de la ONU también señaló que las muertes registradas para 2020 y 2021 eran inferiores a la media de la década anterior. La agencia ya había demostrado anteriormente que con sólo 24 horas de antelación a un peligro meteorológico inminente se pueden reducir los daños en un 30%, y calificó las alertas tempranas de "fruta madura" de la adaptación al cambio climático, ya que multiplican por diez el rendimiento de la inversión.
La OMM publicó sus nuevas conclusiones sobre el coste humano y económico de las catástrofes meteorológicas con motivo de su Congreso Meteorológico Mundial cuatrienal, que se inauguró el lunes en Ginebra y se centró en la aplicación de la Iniciativa de la ONU Alerta temprana para todos. Esta iniciativa pretende garantizar que los servicios de alerta temprana lleguen a todos los habitantes de la Tierra para finales de 2027. Fue lanzada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la conferencia sobre cambio climático COP27 celebrada en Sharm al-Sheikh en noviembre del año pasado.
En la actualidad, sólo la mitad del mundo está cubierta por sistemas de alerta temprana, y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y los Países Menos Adelantados quedan muy rezagados. A principios de este año, Guterres reunió a los directores de las agencias y a los socios para acelerar la puesta en marcha de la iniciativa. Se ha identificado un primer grupo de 30 países de especial riesgo -casi la mitad de ellos en África- para poner en marcha la iniciativa en 2023.