Los conflictos armados lejos de acabarse han aumentado en el mundo entero. En este escenario global complejo, el Secretario General de Naciones Unidas, tras recibir el premio europeo Carlos V en el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, destacó la necesidad de paz y de respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas. António Guterres aprovecho la entrega del galardón para reflexionar acerca de cómo ha cambiado el mundo desde el reinado de Carlos V, e indicó que al monarca le fascinaría ver las transformaciones que ha experimentado Europa, tras siglos de enfrentamientos, aunque también le sorprenderían otros sucesos.
Durante su discurso, sostuvo que las guerras y crisis humanitarias cada vez “son más complejas, interdependientes y cada día tienen mayores consecuencias”, mientras emplaza a conseguir la paz mediante la Carta de las Naciones Unidas, con el respeto de los derechos humanos la participación plena de las mujeres en las mesas de decisión. El contexto es realmente adverso, según el mandatario, nunca desde la creación de la ONU y de la Unión europea estos valores se han visto tan amenazados. Y destacó: “Que la guerra no es cosa del pasado. Que las divisiones persisten, e incluso crecen. Que estamos quemando nuestro único hogar. Que familias están viéndose obligadas a huir, de la guerra o de eventos climáticos extremos, en una escala no vista en décadas. Que todavía sigue el hambre o la pobreza. Porque sí, algunas cosas son difíciles de explicar, y aún más de excusar por quien vivió hace 500 años”.
Ante el avance de la violencia, las soluciones son, sin dudas, diplomáticas. La violencia sólo trae más violencia y nunca es una solución. En contraposición, la diplomacia desempeña un papel crucial en la prevención de conflictos y la promoción de la paz entre las naciones. Algunas estrategias y enfoques clave que se utilizan en la diplomacia para evitar los conflictos bélicos son:
Es importante destacar que la diplomacia no siempre puede evitar por completo la guerra, ya que hay situaciones en las que las diferencias son demasiado profundas o las partes involucradas están decididas a recurrir a la violencia. Sin embargo, esta sigue siendo una herramienta esencial para prevenir conflictos y construir un mundo más pacífico.
En este sentido, el máximo referente de la ONU afirmó que “la paz nunca debe subestimarse ni darse por sentada. Debemos trabajar por y para ella, todos los días, sin descanso. En un mundo que se está desgarrando, debemos curar las divisiones, prevenir las escaladas, escuchar los agravios. En lugar de balas, necesitamos arsenales diplomáticos”. Una paz que debe conseguirse mediante las pautas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas, la negociación, la mediación, la conciliación y el arbitraje, con la participación plena y el liderazgo de las mujeres en las mesas de decisión y basada en el respeto y la protección de los derechos humanos.
“Frente al aumento de la xenofobia, el racismo y el extremismo, debemos defender nuestra humanidad común. Debemos rechazar el discurso del odio que explota las diferencias y socava la cohesión social. Debemos proteger y promover la Declaración Universal, permanecer unidos y avanzar hacia una nueva era de respeto de los derechos humanos de todas las personas”, concluyó.