En el Día Mundial de los Humedales, que se celebra cada año el 2 de febrero, el Foro de la Economía del Agua quiere recordar la importancia de estas masas de agua, fundamentales para garantizar la disponibilidad de agua dulce y la biodiversidad del planeta, además de como reserva de CO2, que contribuye a mitigar el cambio climático. Es por ello que desde el Foro insisten en la importancia de aumentar el conocimiento sobre los humedales para mejorar su situación, lo que pasa por un incremento de la financiación y el impulso a la colaboración público-privada. Este año, Naciones Unidas ha escogido el lema “revitalizar y restaurar los humedales degradados”, haciendo hincapié en que, si la restauración se realiza correctamente, estos enclaves pueden llegar a ofrecer los mismos beneficios que el humedal natural original.
La emergencia climática afecta a todos los ecosistemas y, en este escenario, la recuperación de los humedales es especialmente crítica en el área mediterránea, donde, según datos del MITECO, ocupan menos del 3% de la superficie de la cuenca y su volumen sigue disminuyendo rápidamente: entre el 45% y el 51% de los hábitats de humedal ha desaparecido entre 1975 y 2005.
El Foro de la Economía del Agua analiza cuál es el estado de los humedales en España, y explica que, a pesar del gran deterioro medioambiental en nuestro país, existe una creciente concienciación social y política sobre la gravedad de la situación de sus principales humedales: Doñana, el Mar Menor y las Tablas de Daimiel, que, según datos de los responsables de este parque nacional, se acerca a su quinta primavera consecutiva con el 80% de su superficie seca.
Por lo que respecta a Doñana, el humedal más importante de España y uno de los principales de Europa, el MITECO anunció a finales de 2022 una inversión de más de 356 millones de euros para su restauración ecológica. El motivo fundamental de esta actuación es que tres de las cinco masas de agua que forman esta importante reserva (Rocinas, Almonte y Marismas) han sido catalogadas como “en mal estado”, además de los cada vez más graves problemas relacionados con la calidad del agua, producidos principalmente por una insuficiente depuración de los núcleos urbanos y por la presencia de nutrientes en los cauces que llegan a la marisma derivados de la agricultura intensiva.
En cuanto al Mar Menor, tras el episodio de mortandad generalizada de fauna ocurrido en agosto de 2021, el gobierno puso en marcha un Marco de Actuaciones Prioritarias para tratar de paliar la degradación de este ecosistema, “después de décadas de vertidos contaminantes procedentes de la agricultura ultraintensiva y de otros factores como la actividad minera, ganadera o la saturación urbanística”, explican desde el MITECO.
Cabe recordar que, en noviembre de 2022, el ministerio aprobó el Plan stratégico de Humedales a 2030, que incide en la puesta en marcha de mejoras en el conocimiento y la información, la normativa, la financiación, la cooperación internacional y la gobernanza. Según los expertos del Foro el cumplimiento de este plan estratégico, imprescindible en un momento tan crítico para los humedales españoles, pasa por la colaboración de los organismos públicos, la empresa privada y la sociedad civil, a través de intercambio de conocimientos, el apoyo en la financiación y la concienciación ciudadana.