Sevilla ha sido el escenario del acuerdo de colaboración entre Cepsa y Vueling. Ambas compañías comparten el objetivo de acelerar la descarbonización del transporte aéreo. Así, desde el pasado 25 de noviembre y durante los próximos días, los vuelos que la aerolínea opere desde el Aeropuerto de Sevilla lo harán con combustible sostenible de aviación (SAF) proporcionado por Cepsa.
Cabe recordar que en abril, Vueling y Cepsa firmaron un acuerdo para acelerar la descarbonización del transporte aéreo mediante la investigación y producción de combustibles sostenibles de aviación (SAF). El desarrollo de estos combustibles sostenibles es una prioridad para ambas compañías como herramienta para continuar reduciendo la huella de carbono del transporte aéreo y contribuir a la lucha contra el cambio climático y la consecución de la Agenda 2030. Con la utilización de estos combustibles sostenibles las emisiones de CO2 a la atmosfera se podrán ver reducidas hasta en un 80%, con respecto al carburante convencional. Esta es una de las principales alternativas para descarbonizar el sector de la aviación, juntamente con la mejora de la eficiencia del espacio aéreo y la operación de aviones más eficientes como los nuevos Airbus A320neo de la aerolínea.
Concretamente, más de 75 vuelos de Vueling despegarán del aeropuerto sevillano con un 4,5% de SAF en sus depósitos, superando el objetivo del 2% que establece la Unión Europea para 2025. Con ello, la aerolínea evitará la emisión de aproximadamente 500kg por vuelo. El SAF de Cepsa suministrado, durante estos días, a las aeronaves de Vueling en el Aeropuerto de Sevilla está producido por Cepsa a partir de huesos de aceituna y otros residuos vegetales del sector de la oliva en España y supone un claro ejemplo de economía circular. Además, este tiene una composición química idéntica a la del queroseno convencional y puede mezclarse y utilizarse en el motor del avión sin realizar ningún tipo de adaptación.
Actualmente, la mayor parte del SAF se produce a partir de residuos orgánicos (restos agrícolas o forestales, residuos urbanos, plásticos, aceites reciclados, etc.), pero ya se está trabajando en la producción de SAF sintético que estará producido a partir de CO2 capturado de la atmósfera e hidrógeno Verde (producido a partir de energías renovables), lo que permitiría una reducción de emisiones superior al 80%.