Sin dudas, el 2022 está siendo una prueba de fuego para los ODS. El contexto nacional y global es complejo y está atravesado por múltiples crisis marcadas por el aumento de la inflación, los problemas energéticos, la crisis de recursos y los conflictos derivados de la geopolítica. Todo esto está complicando el avance global de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así lo explica el séptimo informe “ODS Y visión 2050 fórmula para alcanzar la sostenibilidad en el sector privado” elaborado por Forética.
La publicación afirma que, desde que España adoptó la Agenda 2030, las empresas, como actores con capacidad única de liderar e influir en el resto de la sociedad, han llevado a cabo importantes esfuerzos para acelerar las trasformaciones necesarias que hagan realidad estos ODS mediante sus estrategias de sostenibilidad. Si bien ha habido avances innegables, el impulso de la sostenibilidad se desarrolla en un escenario inestable repleto de retos, pero también, de oportunidades, según afirman los expertos. Por ejemplo, en Europa la estrategia europea del Pacto Verde y los fondos Next Generation, superarán ampliamente el billón de euros como estímulo a la transición. En este sentido, el documento expone que existen múltiples evidencias que corroboran las relaciones positivas en el ámbito empresarial entre sostenibilidad y competitividad, como también lo son las acciones llevadas a cabo por las empresas de nuestro país en pro de la Agenda 2030.
La Agenda 2030 y sus 17 ODS funcionan como una hoja de ruta a favor de las personas, el planeta y la prosperidad fortaleciendo la paz universal y el acceso a la justicia. O al menos esta es la ambición que persigue. En este sentido, el informe advierte que cada país en función de sus propias características, enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, y las organizaciones privadas, como actores principales de la economía, son clave en este avance para la consecución de los ODS.
Sin embargo, el carácter global de los ODS y su vinculación a las metas de gobiernos, sector privado y sociedad civil hace que exista una esperable asimetría a la hora de identificar los objetivos. En este sentido, el estudio sostiene que, desde una perspectiva gubernamental, todas las metas de la Agenda 2030 guardan una estrecha relación con la gestión pública ya que, en última instancia, el objetivo de las administraciones es velar por el interés general. Por el contrario, no todos los ODS guardan necesariamente una relación directa con la actividad mercantil de una empresa, lo que hace que el potencial de contribución del sector privado sea, en algunos casos, residual.
Para profundizar al respecto, el estudio analiza el potencial de contribución a los ODS de 16 sectores empresariales en base a su contribución a la economía española. De este modo, la Industria Manufacturera se convierte en la líder indiscutible en la agenda de transición, situándose al doble de distancia de los siguientes dos sectores. La Administración pública, de la misma manera, cobra un protagonismo especial debido al elevado peso que tiene en la economía, el empleo y por su influencia en los ODS.
Por último, el tercer gran sector es el Comercio, que tiene un impacto directo en el consumidor y tiene el rol de agregador de las cadenas de valor. Cabe destacar la relevancia de todo el conjunto de la economía española tienen para alcanzar la sostenibilidad, la cual es imposible sin el involucramiento conjunto y cada una de las instituciones de la sociedad, incluidas las empresas. La gestión responsable y la acción social son también parte fundamental de la dimensión ESG empresarial.