Mientras la conflictividad social no para de aumentar, la colaboración para mitigar la violencia es cada vez menor. Así lo expresa el informe “Counting Pennies III” , publicado por World Vision y las agencias de ayuda humanitaria socias, Save the Children, UNICEF, Plan Internacional y Child Fund. Se trata del tercero de una serie de informes que identifican la cantidad de ayuda internacional destinada a poner fin a la violencia contra los niños y niñas en el transcurso de un año.
La investigación denuncia que los donantes redujeron la financiación en un 10% en el primer año de la pandemia de COVID-19, cuando la prevalencia del matrimonio infantil, el trabajo infantil y otras formas de violencia contra los niños y niñas iban en aumento. El coste de hacer frente a las consecuencias de esta violencia asciende a un asombroso coste anual de entre 2 y 7 billones de dólares.
La publicación denuncia que el importe total de la inversión de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) para hacer frente a la violencia contra los niños y niñas es de apenas 0,64 dólares por menor; la cantidad más baja desde 2015. Esto es así a pesar de las crecientes pruebas de que la pandemia de COVID-19, los conflictos y el cambio climático han puesto colectivamente a más niños y niñas en riesgo de violencia que en cualquier otro momento de los últimos 10 años.
En palabras de Andrew Morley, presidente y director general de World Vision International: "Mil millones de niños y niñas son víctimas de la violencia cada año y, sin embargo, los esfuerzos para poner fin a la violencia siguen estando alarmantemente infrafinanciados. Los donantes deben aumentar urgentemente la financiación para responder a los impactos de la pandemia en los niños y niñas, así como a las necesidades generalizadas preexistentes".
El informe hace un llamamiento a los donantes para que den prioridad a la financiación del fortalecimiento de los sistemas nacionales para prevenir la violencia contra los niños y niñas y ampliar las soluciones basadas en pruebas. La comunidad mundial debe hacer un mejor seguimiento de los recursos y aumentar las inversiones generales para poner fin a la violencia contra los niños y niñas con el objetivo de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.