La cantidad de datos con la que se cuenta actualmente es a veces abrumadora. Sin embargo, esta valiosa información puede ser usada para una buena causa como es la transformación del injusto sistema alimentario actual en el cual, en algunos países se desperdicia el alimento, mientras en otro las personas mueren de hambre. El Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria y la Nutrición (GANESA, o HLPE-FSN por sus siglas en inglés) del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) ha lanzado recientemente un nuevo informe titulado “Instrumentos de recopilación y análisis de datos en materia de seguridad alimentaria y nutrición”.
¿Cómo usar los datos en favor de las personas? Los expertos intentan dar respuesta a este complejo interrogante con el objetivo de aportar a la transformación para la creación de sociedades – al menos un poco- menos injustas. En este sentido, la investigación analiza los desafíos y las oportunidades que existen para aprovechar al máximo la revolución de los datos y concluye con una serie de recomendaciones para los responsables políticos. De este modo, la publicación pone en el centro de la escena la necesidad de una coordinación mundial para mejorar la gobernanza de datos en materia de seguridad alimentaria y nutrición, gobernanza definida como un conjunto de principios, estrategias, políticas, reglamentos y normas de relevancia mundial elaborados por instituciones para recopilar, gestionar, compartir y utilizar datos.
A partir de una exhaustiva investigación, el documento afirma la necesidad de establecer un marco legal global que permita la circulación de información relevante, siempre preservando los derechos de las personas a las que finalmente pertenecen los datos. Una sugerencia clave en este informe es que, desde un punto de vista moral, los datos personales, como la sangre, son algo que las personas pueden decidir dar cuando sea necesario para obtener un servicio personal (por ejemplo, cuando se da sangre para pruebas médicas), pero que también se debe animar a la gente a donar, cuando hay un claro indicio de que su uso puede contribuir a un bien mayor (como salvar la vida de alguien). Lo que debería quedar muy claro es que cualquier reventa de dichos datos debe considerarse inmoral e incluso ser procesada como ilegal.
Si bien es innegable que muchas personas pueden vivir en lugares donde los datos y la información fluyen con una velocidad sin precedentes, muchos países aún carecen de sistemas de datos sostenibles y de las capacidades adecuadas. Por lo tanto, el informe exige un replanteamiento de las herramientas de recopilación y análisis de datos para garantizar el uso adecuados de los datos existentes. También recomienda invertir en el desarrollo de capacidades en todos los niveles, comenzando en la educación primaria y secundaria, para incluir estadísticas y data science desde el principio en los programas de educación pública, y continuar a través de la capacitación especializada de profesionales que trabajan en instituciones públicas y privadas.
Además, el documento proporciona numerosos ejemplos de buenas prácticas de iniciativas de recopilación y análisis de datos sobre seguridad alimentaria y nutrición que podrían mejorarse y utilizarse en el desarrollo de iniciativas similares. La revisión también identifica las lagunas de datos restantes más importantes, como, por ejemplo, datos sobre las características de las explotaciones agrícolas, granjas y otras industrias; información sobre el gasto en alimentos de los hogares; y, lo que es más importante, datos sobre el acceso individual a los alimentos y la ingesta dietética.
Finalmente, el informe presenta una serie de llamadas a la acción y una lista de recomendaciones detalladas sobre un mejor uso de los datos para guiar de manera efectiva la formulación de políticas estratégicas en agricultura, seguridad alimentaria y nutrición:
QU Dongyu, Director General de la FAO, afirmó que las recomendaciones que surgen de este informe serán una contribución importante al esfuerzo global para abordar el hambre y la desnutrición. “Las buenas decisiones han de basarse en la evidencia cientifica. Debemos abordar la brecha en la calidad de los datos, ya que es esencial para monitorear el progreso y comprender dónde se encuentra el mundo para lograr nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible.”