La Conferencia sobre los Océanos, llevada a cabo en Lisboa, Portugal, congregó a más de 6000 participantes, entre ellos 24 jefes de Estado y de Gobierno, y más de 2000 representantes de la sociedad civil asistieron a la Conferencia, abogando por acciones urgentes y concretas para hacer frente a la crisis de los océanos. Tras reconocer el "fracaso colectivo" del pasado, en la declaración final de la Conferencia, los líderes mundiales pidieron más ambición para garantizar que se aborde el grave estado de los océanos, y admitieron con franqueza estar "profundamente alarmados por la emergencia global a la que se enfrenta el mar".
Durante el encuentro se reconoció que nos encontramos frente a un fracaso colectivo en la consecución de los objetivos relacionados con los océanos hasta el momento. Ante este escenario, los líderes renovaron su compromiso (EN) de tomar medidas urgentes y cooperar a todos los niveles, para alcanzar plenamente los objetivos lo antes posible.Entre los problemas a los que se enfrenta el Océano están la erosión de las costas, la subida del nivel del mar, el calentamiento y acidificación de las aguas, la contaminación marina, la sobreexplotación de las poblaciones de peces y la disminución de la biodiversidad marina.
La declaración reconoce también que el cambio climático es "uno de los mayores retos de nuestro tiempo", y da fe de la necesidad de "actuar con decisión y urgencia para mejorar la salud, la productividad, el uso sostenible y la resiliencia del océano y sus ecosistemas". Los altos cargos políticos reunidos en Lisboa subrayaron que las medidas innovadoras y con base científica, junto con la cooperación internacional, son esenciales para aportar las soluciones necesarias.
Tras abogar por un cambio transformador, los líderes destacaron la necesidad de abordar los efectos acumulativos del calentamiento global sobre los océanos, incluyendo la degradación de los ecosistemas y la extinción de especies.
Cabe destacar que el documento reafirma que el océano es fundamental para la vida en nuestro planeta y para nuestro futuro, los firmantes resaltaron la especial importancia de aplicar el Acuerdo de París de 2015, y el Pacto Climático de Glasgow del pasado noviembre para ayudar a garantizar la salud, la productividad, el uso sostenible y la resiliencia del océano.
Los compromisos incluyen:
Concretamente, en la conferencia, más de 150 Estados miembros se comprometieron voluntariamente a conservar o proteger al menos el 30% de los océanos del mundo dentro de las áreas marinas protegidas, y otras medidas de conservación basadas en zonas geográficas para 2030. Algunas de las promesas fueron:
Tras el evento de Lisboa, el camino para salvar nuestros océanos proseguirá en la Conferencia Intergubernamental sobre un tratado sobre la biodiversidad marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, en las negociaciones del Marco Mundial de la Biodiversidad posterior a 2020 y en las negociaciones para incrementar la financiación del clima y las acciones de adaptación en la COP27 de Egipto.