El Día contra el Trabajo Infantil, el 12 de junio, nos recuerda algo que pareciera ser obvio: los niños y niñas deben estar jugando y aprendiendo, no trabajando. Se trata de un Derecho Humano fundamental. El trabajo infantil priva a los niños y niñas de su derecho a la educación y el juego, los expone a abusos y violencia, refuerza ciclos de pobreza y profundiza la inequidad social. Muchos niños en todo el mundo participan en formas de trabajo remuneradas y no remuneradas que no son perjudiciales para ellos. Sin embargo, se considera niños trabajadores cuando son demasiado jóvenes para trabajar o participan en actividades peligrosas que pueden comprometer su desarrollo físico, mental, social o educativo. En los países menos adelantados, algo más de uno de cada cuatro niños (de 5 a 17 años) realiza trabajos que se consideran perjudiciales para su salud y desarrollo.
Con motivo de la efeméride, Naciones Unidas denuncia que, pese a que en las dos últimas décadas se ha avanzado mucho en cuanto a la reducción del trabajo infantil, los progresos han sido más lentos con el tiempo, e incluso se estancaron durante el periodo 2016-2020. A día de hoy, 160 millones de niños están en situación de trabajo infantil, lo que representaba 1 de cada 10 niños en todo el mundo. Algunos de ellos con tan solo 5 años de edad. Además, UNICEF destaca que existe una gran dificultad de contar con datos reales; no hay registros de la actividad de niños y niñas, con lo cual se invisibiliza esta situación, dificultando la toma de medidas por parte de los gobiernos. Las cifras proporcionadas por ambos organismos son realmente preocupantes:
Globalmente, África ocupa el primer lugar entre las regiones, tanto por porcentaje de niños en trabajo infantil (una quinta parte) como el número absoluto de niños en situación de trabajo infantil: 72 millones. Asia y el Pacífico ocupan el segundo lugar con un siete por ciento y 62 millones en términos absolutos. Asimismo, las regiones de África y Asia y el Pacífico juntas alcanzan la cifra de casi nueve de cada diez niños en situación de trabajo infantil en todo el mundo. La población restante se divide entre las Américas (11 millones), Europa y Asia Central (6 millones) y los Estados árabes (1 millón). En términos de incidencia, el cinco por ciento de los niños están en situación de trabajo infantil en las Américas, el cuatro en Europa y Asia Central, y el tres en los Estados Árabes.
A pesar de que el porcentaje de niños en trabajo infantil es más alto en los países de bajos ingresos, su número es en realidad mayor en los países de ingresos medios: el nueve por ciento en los países de ingresos medios bajos, y el siete, en los de ingresos medios altos. Las estadísticas sobre el número absoluto en cada grupo de ingresos nacionales indican que 84 millones de niños están en situación de trabajo infantil, el 56 por ciento de los cuales vive en países de ingresos medios, y otros 2 millones viven en paises de altos ingresos.
Cabe recordar que, en 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), declaró el 12 de junio como Día Mundial contra el Trabajo Infantil para visibilizar la grave situación de los niños, niñas y adolescentes expuestos al trabajo y la explotación. Ya en 1999, la misma OIT había adoptado en Ginebra el Convenio N° 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil. Luego, en 2021, las Organización de las Naciones Unidas promovió el Año Internacional para Eliminación del Trabajo Infantil, con el compromiso de los Estados a trabajar, en sus países y de forma conjunta, para prevenir y erradicar el trabajo infantil. Todo en conformidad de la meta 8.7 Objetivos de Desarrollo Sostenible que expresa: “Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”.
La OIT sostiene que para evitar este flagelo la protección social es un elemento fundamental. Se trata tanto un derecho humano como una potente herramienta política para evitar que las familias recurran al trabajo infantil en tiempos de crisis. Sin embargo, en 2020 y antes de la crisis de COVID-19, únicamente el 46,9 por ciento de la población mundial se beneficiaba de forma efectiva de al menos una prestación de protección social. En el caso de los niños, la cobertura es aún más baja. Casi tres cuartas partes de los niños, 1.500 millones, carecen de protección social. En su discurso de este año, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, advirtió que las decisiones que tomen ahora los gobiernos marcarán o romperán la vida de millones de niños. En este sentido, el funcionario afirmó que la protección social es una de las medidas más poderosas para prevenir el trabajo infantil, ya que da seguridad de ingresos a las familias en tiempos difíciles.