“LíderesResponsables” el espacio para Alta Dirección de Fundación SERES es un espacio que desde 2020 ha congregado a 60 líderes empresariales en más de una treintena de encuentros tiene como objetivo mostrar cómo dotar a las iniciativas y al tejido empresarial de esa conexión con lo social, elemento indispensable en un contexto de nuevas brechas y colectivos desfavorecidos tras la pandemia.
En su última edición ha contado con la participación de Rafael Miranda, presidente de Acerinox. Fernando Ruiz, presidente de la Fundación SERES ha conversado con Miranda acerca de la economía circular, la atracción de la sostenibilidad para los inversores y la tecnología como gran acelerador de una transición sostenible. Ruiz ha abierto el acto poniendo de relieve la importancia de las empresas comprometidas socialmente y ha explicado que “creemos que en los asuntos ESG cada vez la S adquiere más peso, con las personas en el centro. Las empresas serán más humanas y en ellas el peso de los intangibles determinará su sostenibilidad y su atractivo para los inversores”.
Luego, Rafael Miranda ha querido enfatizar que su compañía cuenta con un sólido compromiso social y que la rentabilidad económica está siempre unida a la rentabilidad social. Ha afirmado que “creemos que la misión de la compañía como la de crear los materiales de alto rendimiento más adecuados para cada aplicación, contribuye al progreso y la calidad de vida de una sociedad sostenible. Y nos referimos a esa sociedad sostenible en lo económico, en lo medioambiental y también en lo social. Prueba de ello es que contribuimos en las comunidades en las que operamos, con las personas que con nosotros se relacionan y a quienes apuestan por Acerinox distribuyendo valor por diferentes áreas del mundo. Pero una empresa debe ser, ante todo, rentable, que es la razón de su existencia. Como comentabas, hemos registrado los mejores resultados de la historia en 2021 y acabamos de presentar el mejor trimestre de estos 52 años. Se trata de un magnífico ejercicio, por una parte, apoyado por la buena evolución del mercado en volúmenes y precios y por otra en la excelente gestión realizada por Acerinox en términos de control de costes, mejora de márgenes y eficiencias”.
Siguiendo esta línea, el presidente de Acerinox ha expresado respecto a su apuesta por la economía circular que “para el año 2030, nos hemos comprometido a reducir un 20% la intensidad de emisiones, un 7,5% la intensidad energética, un 20% el consumo de agua y llegar hasta un 90% de revalorización de residuos. Pero la sostenibilidad forma parte de nuestra industria desde hace décadas. El acero inoxidable es un paradigma de economía circular en sí mismo puesto que se trata de un material cuya vida útil es larguísima (probablemente siglos) y se recicla cuantas veces sea necesario sin que pierda propiedades. De hecho, el volumen de material reciclado en el proceso de producción ya supera el 90% y un 70% el de reutilización de residuos generados. Acerinox tiene interiorizado en su cultura el concepto amplio de sostenibilidad, es decir, la económica, la social y la medioambiental y ha establecido objetivos concretos a alcanzar en el medio y largo plazo”.
A propósito de la tecnología como acelerador de la sostenibilidad ha señalado que “el big data, la I+D+i y el estudio constante de mejoras y una permanente política de inversiones en nuevos equipos son valores intrínsecos a Acerinox desde su fundación en 1970 porque sólo así puede competir en un mercado tan exigente. Con tanta experiencia acumulada contamos con la más avanzada tecnología en los procesos. Algo esencial, para seguir mejorando en la eficiencia. Acerinox ha desarrollado el Plan Excellence 360, basado en un benchmarking interno entre nuestras diferentes fábricas y cuyo foco es el Planning 360 con el que llegamos desde la automatización de procesos a la monitorización de toda la cadena de suministro. Cada paso está registrado y gracias a eso podemos reducir todos los consumos y, por extensión, el impacto de nuestra actividad “.
Finalmente, Fernando Ruiz ha afirmado antes de cerrar la sesión que “un sector privado responsable es indispensable para el crecimiento, la productividad, la innovación y la creación de empleo, todos ellos generadores de desarrollo y oportunidades. El valor social unido al progreso empresarial es una garantía para la sostenibilidad de las compañías y contribuye a una empresa más competitiva y una sociedad más justa”.