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El cambio climático, la mayor preocupación de los directivos españoles

El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Estas transformaciones pueden ser naturales, por ejemplo, a través de las variaciones del ciclo solar. Pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor de esta catástrofe medioambiental, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Los efectos de esto son múltiples y variados, pero estos no sólo afectan a la salud de las personas y el planeta, sino que impactan cada vez más en el funcionamiento de las empresas.

Actualmente, el cambio climático representa un desafío para las organizaciones sin importar su tamaño. Esta amenaza incide de manera directa tanto en el ámbito de actividad de las empresas como en los públicos con los que se relacionan. Las inquietudes de los CxO (Alta dirección) acerca del cambio climático han aumentado en los últimos meses, así como su confianza en que la acción inmediata puede marcar la diferencia. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del informe "CxO Sustainability Report", elaborado por Deloitte, en el que prácticamente la totalidad de los directivos españoles encuestados (96%) afirma que el cambio climático afectará a la estrategia y operaciones de su empresa en los próximos 3 años.

Este informe recoge las respuestas de 2.083 ejecutivos ‘C-level’, de los cuales 105 corresponden a España. En el cuestionario se aborda la percepción de estos ejecutivos y la de sus organizaciones sobre el cambio climático y sus efectos. La encuesta se llevó a cabo en septiembre y octubre de 2021, entre participantes de 21 países: 44% de Europa/Sudáfrica; 31% de América; y 24% de Asia Pacífic.

El estudio constata en que el 72% de los directivos de nuestro país señala que su empresa está muy preocupada por el cambio climático; el 91%, que nos encontramos ante una emergencia climática global; y el 78% ve al mundo en un punto de inflexión en el que hay que actuar. Asimismo, se destaca que el 96% de los directivos españoles indica que su empresa ya se ha visto impactada negativamente por el cambio climático. Entre los fenómenos que han impactado personalmente en los últimos 12 meses, los directivos señalan: el 60% ha sufrido los efectos del calor extremo; el 48%, incendios; el 35%, tormentas más frecuentes e intensas; el 22%, grandes inundaciones; el 17%, la escasez de agua; el 14%, la sequía severa; y el 10%, el aumento del nivel del mar.

La investigación indaga acerca de cuáles son los principales problemas vinculados con el cambio climático. Al respecto, los directivos señalaron: en primer lugar, la presión de la sociedad civil, con un 50%; la incertidumbre regulatoria, con un 48%; la necesidad de modificar procesos industriales, con un 47%; el impacto operativo de los desastres relacionados con el clima, con el 42%; y el coste de la mitigación de los efectos del cambio climático, con un 38%.

Al mismo tiempo, el estudio de Deloitte aborda la posible presión que las empresas pueden sufrir por parte de los grupos de interés, en el ámbito del cambio climático. En un 74%, las organizaciones afirman sentir esta presión por parte de la sociedad civil; en un 70%, por parte de miembros del Consejo de Administración y de la dirección de la organización; y en un 66%, por parte de los consumidores, clientes y usuarios.

Si bien el panorama es claramente poco alentador, a pesar de la gravedad de la situación, prevalece cierto optimismo, algo superior que a nivel mundial. En este sentido, el 94% de los directivos españoles considera que, si se emprenden acciones inmediatas, se podrán limitar las peores consecuencias del cambio climático. Sobre este punto, el informe sostiene que, si bien las empresas están tomando medidas, no suelen llevar a cabo acciones que demuestran la integración de consideraciones climáticas en su cultura y que sus directivos se identifican y ejercen la influencia necesaria para lograr una transformación significativa. Adicionalmente, los CxO continúan abordando cuestiones relativas a los costes a corto plazo que supone la transición a un futuro con bajas emisiones de carbono.

En este escenario, la sostenibilidad emerge como un elemento fundamental. El estudio releva que las tres principales acciones de sostenibilidad que las organizaciones han emprendido para mitigar los efectos del cambio climático, según los ejecutivos españoles, son: el aumento de la eficiencia en el uso de la energía, en un 77%; el uso de materiales más sostenibles, en un 74%; la reducción de la cantidad de desplazamientos en avión después de la pandemia, en un 65%.

Para la organizaciones, las iniciativas más complejas de implementar, para paliar los efectos del cambio climático, y que revisten de gran efectividad, son: en primer lugar, según indica el 56% de los directivos españoles, exigir a proveedores y socios comerciales que cumplan con criterios específicos de sostenibilidad; en un 54%, desarrollar nuevos productos o servicios respetuosos con el medio ambiente; en un 39%, actualizar/reubicar instalaciones para aumentar su resistencia ante el cambio climático; y, en un 34%, tanto incorporar consideraciones climáticas en la participación de grupos de influencia  como vincular la remuneración de los directivos al desempeño en materia de sostenibilidad.

 Finalmente, los directivos españoles señalan que las iniciativas climáticas aportan beneficios en los siguientes ámbitos: reconocimiento y reputación de la marca (52%); lucha frente al cambio climático (46%); satisfacción del cliente (45%). Por su parte, los tres beneficios categorizados en los últimos puestos recaen en el ámbito financiero: ingresos de negocios consolidados (12%), coste de inversión (23%) y márgenes operativos (26%), de lo que se puede deducir que los ejecutivos continúan haciendo frente a los costes a corto plazo que supone la transición hacia un futuro bajo en carbono. En cuanto a las principales dificultades para impulsar las iniciativas de sostenibilidad en sus organizaciones, los directivos españoles señalan: la magnitud del cambio requerido, indicando que es demasiado grande (31%); el elevado coste (29%); el suministro insuficiente de productos sostenibles o de bajas emisiones (29%); dificultad para medir el impacto ambiental (29%); y la importancia de cuestiones o exigencias comerciales a corto plazo de los inversores y accionistas (24%).     

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