La crisis medioambiental ya no puede esperar. Es innegable que el cambio climático es inminente y que debemos actuar de manera urgente para mitigar sus efectos lo más posible. En el marco de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) que se está celebrando en Glasgow hasta el 12 de noviembre, Forética ha presentado el segundo de una serie de documentos con el objetivo de abordar, desde una perspectiva práctica, las tendencias clave en materia de acción climática empresarial, bajo el título “De lo voluntario a lo exigible. El nuevo escenario de los riesgos y reporting climático”.
Fruto de una exhaustiva investigación, el documento analiza los riesgos asociados al cambio climático y su importancia en las estrategias corporativas, así como los principales marcos y herramientas para su gestión. También aborda la evolución de la regulación en materia de reporting y las exigencias que van a afectar de manera directa a las compañías en los próximos años.
El estudio explica que la identificación de los principales riesgos globales a los que se enfrentan las compañías ha ido evolucionando en los últimos años de modo que, en la actualidad, los riesgos relacionados con el clima se encuentran entre los principales en términos de impacto y probabilidad, y así lo refleja el World Economic Forum en su informe anual de 2021. Estos riesgos afectan, de manera directa, a las necesidades y a los periodos de adaptación por parte de las distintas organizaciones, entre las que se encuentran las empresas.
Además de los efectos en la salud de las personas y del planeta, la Comisión Europea constató que las pérdidas económicas causadas por fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes relacionados con el clima están aumentando, de modo que, en la UE, estas pérdidas ya ascienden a más de 12.000 millones de euros al año.
La investigación advierte que la situación es preocupante y frente a este escenario, gobiernos, sociedad y organizaciones están tratando de avanzar hacia una disminución de estas pérdidas gracias a la previa identificación de los potenciales riesgos asociados al cambio climático. En este sentido, existen, principalmente, tres palancas impulsoras de la integración de los riesgos climáticos como un eje clave de las estrategias corporativas, las cuales hacen referencia a los siguientes aspectos: Impacto en el valor de las compañías; La demanda de información por parte de los inversores y la apuesta por el regulador con mayores exigencias.
El estudio elaborado por Forética concluye que una vez analizados los tipos de riesgos climáticos a los que pueden enfrentarse las compañías y, tras conocer la importancia de identificar, gestionar y cuantificar estos riesgos, es importante entender cómo las empresas pueden llevar a cabo esta gestión. En este sentido se afirma que integrar el riesgo climático en las estrategias de negocio va a contribuir a una mayor resiliencia empresarial gracias a la capacidad de prevención y adaptación frente a ellos.
Desde las compañías, un aspecto clave y prioritario para gestionar de manera correcta los riesgos climáticos, es incorporarlos en la matriz de riesgos corporativos y situarlos al mismo nivel en términos de relevancia. Precisamente en este sentido están actuando los principales marcos más relevantes en la actualidad para gestionar los riesgos del cambio climático. El informe destaca las dos herramientas principales: en primer lugar, el Task Force on Climate-Related Financial Disclosures (TCFD) es la herramienta de referencia para la valoración de riesgos climáticos y su vinculación con el impacto económico. El TCFD pretende apoyar a las empresas a determinar el precio real de sus activos financieros teniendo en cuenta el impacto que el cambio climático podría generar en ellas. El documento explica que este marco de reporte persigue especialmente tres objetivos: gestionar correctamente los riesgos climáticos por parte de las compañías financieras y no financieras, facilitar la transición climática e integrar los riesgos asociados al clima en la estrategia de las compañías.
Para ello, las recomendaciones del TCFD identifican cuatro áreas clave para integrar estos riesgos, sus impactos financieros y entender también las oportunidades asociadas al clima:
1. Gobernanza: Grado de involucración de la dirección en torno a los riesgos y las oportunidades relacionadas con el clima.
2. Estrategia: Reportar sobre los posibles impactos de los riesgos y las oportunidades climáticas en el negocio, estrategia y planificación financiera.
3. Gestión de riesgos: Identificación, evaluación y gestión de los riesgos relacionados con el cambio climático.
4. Métricas y objetivos: Establecimiento de objetivos y métricas para gestionar y evaluar los riesgos climáticos más relevantes.
En segundo lugar, la segunda herramienta que menciona la investigación es la Guía de Gestión del Riesgo Empresarial de COSO. Se trata de una metodología para la gestión de riesgos empresariales, que cuenta con una guía específica para la gestión de riesgos vinculados con la sostenibilidad, desarrollada en 2018 por el WBCSD (World Business Council for Sustainable Development) y COSO (Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission). Esta guía tiene como objetivo ayudar a las organizaciones a que apliquen principios y prácticas de la gestión empresarial a los riesgos ASG.