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La Conferencia sobre el Cambio Climático que acaba de comenzar en Glasgow es una oportunidad decisiva para que los países avancen en sus planes de reducción de emisiones. El sector energético es responsable de alrededor de tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte que, a pesar de algunos aumentos en la inversión en energías limpias, la recuperación económica mundial es desigual e insostenible.
La COP26 comienza en un momento crítico para la transición energética mundial

Alcanzar las cero emisiones netas es la máxima ambición a la que aspirar para detener la emergencia climática. Para ello, acelerar la transición hacia energías limpias resulta imprescindible. De cara a este importante debate, la Agencia Internacional de la Energía recomienda situar a las personas en el centro de las transiciones energéticas.

En este sentido, los responsables de la toma de decisiones reunidos en Glasgow para la COP26 deben recordar que la transición hacia una energía baja en carbono no tendrá éxito a menos que cuente con el apoyo del público y aporte beneficios al mayor número posible de ciudadanos 

A pesar de algunos aumentos en la inversión en energías limpias, la recuperación económica mundial es desigual e insostenible advierte la AIE. Al respecto, explica que el gasto en energías limpias representa el 3% de los casi 17 billones de dólares que los gobiernos han movilizado hasta ahora para sacar a sus economías de la recesión provocada por la pandemia de Covid-19. Aunque la proporción ha aumentado desde el 2% de julio, las emisiones mundiales de carbono siguen una trayectoria ascendente, y este año se prevé el segundo mayor aumento anual de la historia.

Cabe destacar que, en los últimos tres meses, los gobiernos han incrementado en un 20% el gasto de recuperación económica destinado a inversiones en energías limpias, según un monitoreo que realiza la AIE, que se basa en el análisis de cientos de programas de gasto público en todo el mundo. Pero el gasto está muy desequilibrado desde el punto de vista geográfico, ya que la mayor parte tiene lugar en las economías avanzadas y no en el mundo en desarrollo, y sigue siendo inferior a lo que se necesita para lograr un descenso sostenido de las emisiones mundiales de CO2.

Ante estos datos, y frente a la oportunidad histórica que significa la COP26, la Agencia Internacional de la Energía afirma que será un momento clave para avanzar en materia de financiamiento para la transición energética, no sólo para los países desarrollados, sino, y con mayor énfasis para los países con economías más débiles.

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