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La pandemia de coronavirus trajo consigo una crisis sistémica sin precedentes. De cara a la reconstrucción económica a nivel global, Naciones Unidas afirma que la reactivación del sector turístico puede ser un motor para la recuperación, pero es esencial que sus beneficios lleguen a todos sin dejar a nadie atrás.
El turismo, una palanca para impulsar el crecimiento inclusivo

El coronavirus no ha afectado a todos por igual. Los grupos más vulnerables han pagado el precio más alto de esta crisis. Según estudios recientes publicados por diversos organismos multilaterales, la pandemia ha empujado a la pobreza extrema a 32 millones de personas en 2020, un año en el que tanto las economías en desarrollo como las desarrolladas resultaron fuertemente golpeadas, con los grupos marginados y vulnerables sufriendo el peor impacto. Los Estados cuyas economías eran más sólidas, no sólo sufrieron menor impacto, sino que pudieron recuperarse rápidamente. Por el contrario, los países que tenían situaciones sociales, económicas y políticas adversas previas a la llegada del virus, hoy se encuentran en una situación realmente crítica y en algunos casos con daños irreversibles.

El día de ayer, 27 de septiembre, se celebró el Día Mundial del Turismo, y durante un acto en conmemoración de la fecha Naciones Unidas afirmó que el sector turístico puede cumplir un rol central en la recuperación económica si el crecimiento se da de manera inclusiva y sostenible. Al respecto, la Organización Mundial del Turismo (OMT) advirtió que la reactivación del turismo ayudará a impulsar la recuperación y el crecimiento, pero es esencial que los beneficios que se generen se distribuyan de manera amplia y justa.

Para ilustrar los estragos de la pandemia en esa industria, la ONU informó que, en los primeros cinco meses de este año, las llegadas de turistas internacionales disminuyeron un 95% en algunas partes del mundo, y se estima que para finales de 2021 se habrá producido una pérdida de más de cuatro billones de dólares en el PIB mundial. Cabe destacar otro importante dato que proporciona la OMT: las mujeres recibieron el embate más duro de la crisis global causada por la pandemia, sobre todo en los países menos desarrollados, puesto que trabajan sobre todo en los sectores más afectados, como el turismo y sus actividades relacionadas.

Además de las mujeres que perdieron su empleo por ocuparse en ese rubro, las y los trabajadores con baja remuneración, la juventud, las personas mayores, las comunidades indígenas y las personas con discapacidad, entre otros grupos vulnerables, también tienen menos posibilidades de contar con recursos u oportunidades para superar la adversidad. La desigualdad en la vacunación contra el COVID-19 es otro factor de incidencia determinante en el turismo y ha revelado que las pérdidas se reducen en la mayoría de los países desarrollados y se acentúan en los países en desarrollo, donde la carencia de inmunizaciones mantiene alejados a los turistas.

En su mensaje para la jornada, Guterres recalcó que además de la pandemia, el cambio climático afecta gravemente a muchos de los principales destinos turísticos, particularmente a los pequeños Estados insulares en desarrollo, cuyas economías dependen en un 30% del turismo. Ante este escenario por demás complejo, el titular de la ONU insistió en el poder y las posibilidades del turismo para fomentar la prosperidad e impulsar el desarrollo inclusivo y sostenible. En esta línea, consideró que ha llegado el momento de repensar y transformar el turismo y de reactivarlo de forma segura.

Siguiendo el planteo de Guterres, la OMT identificó tres estrategias para que la reactivación y el crecimiento del turismo sean lo más inclusivos que sea posible: las alianzas entre los actores de ese rubro con las organizaciones internacionales, la sensibilización de los gobiernos para que garanticen que el turismo nacional e internacional sea inclusivo, y el aprovechamiento del potencial de la cadena de valor del turismo mediante la facilidad de inversión y la ampliación de la educación turística.

Pero esas inversiones tendrían que encaminarse hacia un “turismo verde” en el que los sectores que generan más emisiones, como el transporte aéreo y marítimo y la hostelería trabajen para lograr la neutralidad de sus emisiones de carbono. De este modo, quedó en claro que la reactivación a través del turismo debe darse siguiendo un mismo lema: no dejar a nadie atrás. La OMT recordó los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible  y aseguró que el turismo puede contribuir a lograr estas metas.

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