La emergencia climática ya está aquí, prevenirla es en vano, lo que si podemos hacer es mitigar los efectos y detener su avance. Se trata de un desafío por demás complejo y que requiere del esfuerzo mancomunado de diferentes sectores. Naciones Unidas advierte que, si los estados más ricos del planeta no se comprometen a abordar el tema de las emisiones contaminantes a la atmósfera, el mundo se encamina hacia una senda catastrófica de un calentamiento global de 2,7 grados centígrados a finales de siglo. Este registro supera con creces el límite de 1 a 1,5 grados centígrados acordado por la comunidad internacional en el Acuerdo de París de 2015.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha publicado las actualizaciones de los planes nacionales de acción climática presentados por los 191 países que firmaron el Tratado en Francia. El resumen de los planes de acción climática destaca que, aunque que se percibe una clara tendencia a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, las naciones deben redoblar urgentemente sus esfuerzos climáticos si quieren evitar un desastroso calentamiento global en el futuro.
Se trata de una alerta roja para el mundo entero: si los 191 países mantienen la media de las emisiones mundiales en 2030 respecto a 2010 como hasta ahora, el porcentaje a final de esta década en comparación con la pasada aumentará en torno al 16% en lugar de disminuir, según las últimas conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Además, si no se toman medidas inmediatas, esta situación podría provocar un aumento de la temperatura de unos 2,7 grados centígrados a finales de este siglo.
Una vez más hay avances, pero no los suficientes. El documento incluye las actualizaciones de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de 113 países que representan a cerca del 49% de las emisiones mundiales, incluidas las naciones de la Unión Europea y Estados Unidos. Estos países esperan una disminución conjunta de un 12% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030 en comparación con 2010. 70 naciones indicaron su adhesión a este objetivo. De materializase, supondría una reducción de emisiones aún mayor, de alrededor del 26% para 2030, en comparación con 2010.
Finalmente, el Secretario General de la ONU destacó un problema concreto: la obtención de energía mediante el carbón. Al respecto, el mandatario afirmó que: "Si comienzan a funcionar todas las centrales de carbón previstas, no sólo superaremos claramente los 1,5 grados centígrados, sino que estaremos muy por encima de los 2. Los objetivos de París se evaporarían". Para Guterres, la lucha contra el cambio climático sólo triunfará si todos nos unimos para conseguir una mayor ambición, cooperación y credibilidad y aseveró: "Basta de ignorar la ciencia. Se acabó hacer caso omiso de las demandas de la gente en todas partes. Es hora de que los líderes se levanten y actúen, o la gente de todos los países pagará un alto precio ".