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La emergencia climática es una realidad en el mundo entero. Si bien sabemos que sus efectos son devastadores para las personas y el planeta, muchas veces no se dimensiona la magnitud de esta problemática. Con el objetivo de graficarla, Oxfam Intermón ha publicado un comunicado en el cual expone con cifras concretas el daño que la crisis medioambiental supone.
La crisis climática en cifras

El cambio climático ya está aquí, es un hecho. Nuestro modo de relacionarnos con los recursos naturales y la lógica de explotación y expolio propia del sistema capitalista actual nos ha llevado hasta donde estamos. Sabemos que el medioambiente está en peligro, pero quizás no tenemos la noción del daño que esto supone.

La ONG Oxfam Intermón ha publicado un comunicado a donde muestra las cifras concretas de la emergencia climática. Esta, advierten los expertos, está provocando el caos en todo el mundo y son las comunidades más pobres y, especialmente, las mujeres quienes pagan el precio más alto por sus consecuencias. En este sentido, el comunicado denuncia que el número de desastres provocados por el clima se ha triplicado en 30 años. Para la década de 2030, grandes zonas de África meridional y oriental, del cuerno de África y de Asia meridional y oriental experimentarán un mayor riesgo de sequías, inundaciones y tormentas tropicales.

Un dato contundente es que el 10% más rico de la población mundial es responsable de casi la mitad de las emisiones globales de carbono. La mitad más pobre de la población mundial (3.500 millones de personas) es responsable de tan solo un 10%, y solo 100 empresas son responsables de casi tres cuartas partes de las emisiones globales (un 71%) y destinan millones a labores de lobby para contrarrestar la lucha contra el cambio climático.

Las personas pobres también son más vulnerables al cambio climático porque dependen de la lluvia para mantener sus cultivos, viven en casas de construcción deficiente en áreas expuestas y carecen de ahorros o seguros que les ayuden a recuperarse tras el impacto de un desastre.En este sentido, el comunicado expone que a medida que aumentan la frecuencia y la intensidad de las amenazas relacionadas con el clima, la capacidad de resistencia de las personas que viven en situación de pobreza va mermando. Cada desastre las va sumiendo en una espiral descendente de pobreza y hambre cada vez más profunda y, finalmente, se ven obligadas a desplazarse.

Por otra parte, durante la última década los desastres provocados por el clima han obligado a más de 20 millones de personas a desplazarse internamente cada año de media. Cerca del 80% del total de personas desplazadas durante la última década residen en Asia. La región alberga a cerca del 60% de la población mundial.

El comunicado explica que los desastres provocados por el clima son la principal causa de desplazamiento interno, obligando a millones de personas a abandonar sus hogares y buscar refugio dentro de las fronteras de su país. Hoy en día, es siete veces más probable que nos veamos obligadas a desplazarnos internamente debido a ciclones, inundaciones e incendios forestales, que por terremotos o erupciones volcánicas; y tres veces más probable que a causa de conflictos

El continente africano ha sido uno de los más golpeados, Oxfam revela que entre 2008 y 2018, 18 países africanos sufrieron pérdidas anuales conjuntas por más de 700 millones de dólares como consecuencia de desastres relacionados con el clima. Desde Mozambique a Guatemala, millones de personas han perdido sus hogares, sus medios de vida y a sus seres queridos debido a inundaciones, sequías, tormentas e incendios forestales cada vez más peligrosos y frecuentes, provocados por una crisis climática a la que estas personas no han contribuido a provocar.

Finalmente, el comunicado denuncia que las mujeres se encuentran entre las personas más perjudicadas. En todo el mundo, ellas son normalmente las responsables de suministrar y preparar los alimentos, recoger agua y cuidar los cultivos. Cuando las sequías y las inundaciones malogran las cosechas, las mujeres deben encontrar otras formas de conseguir ingresos y comprar alimentos para sus familias. Asimismo, con el aumento de su carga de trabajo, las mujeres apenas tienen tiempo para otras actividades que les permitan generar ingresos o para participar en la vida comunitaria, un problema que se agrava por las normas, percepciones y creencias en torno al papel de la mujer en la sociedad. 

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