La situación en Afganistán es compleja y tiene al mundo mirándolo muy de cerca. El 15 de agosto, los talibanes reinstauraron su poder en el país, desencadenando una crisis signada por la violencia, a partir de la cual millones de personas intentan escapar por aire y tierra. Ante esta situación trágica, las y los eurodiputados pidieron "a todas las partes que garanticen y faciliten la salida segura y ordenada de los ciudadanos extranjeros y afganos que deseen abandonar el país", y añadieron que Europa tiene una "responsabilidad moral por aquellos que han trabajado para las entidades de la UE, para los socios de la OTAN y otras organizaciones internacionales y de la sociedad civil".
El pasado jueves 19 de agosto se llevó a cabo una sesión ordinaria ante la gravedad y el flagelo a los Derechos Humanos que supone la crisis en Afganistán. En su intervención en la reunión extraordinaria de las comisiones de Asuntos Exteriores y Desarrollo y de la Delegación para las Relaciones con Afganistán, el Alto Representante de la UE y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, dijo que la situación en Afganistán "es una catástrofe" para los afganos y para Occidente. "Mi prioridad inmediata es traer a Europa a las personas que han estado trabajando con la UE". Anunció que 106 afganos que trabajan para las instituciones de la UE ya han sido evacuados a Madrid. Otros 300 están luchando por llegar al aeropuerto de Kabul, el tramo más difícil de la huida, dijo. "Tenemos el deber moral de apoyarles" para que abandonen Afganistán. También afirmó que "la UE está dispuesta a discutir la ayuda humanitaria con los talibanes", pero subrayó que "esto no significa que el régimen haya sido reconocido políticamente".
Pero no sólo será necesario que Europa actúe en el corto plazo, sino también, deberá adoptar una política hacia el futuro. En sus reacciones, la mayoría de las y los eurodiputados pidieron el rescate de los ciudadanos afganos que han trabajado para la UE o que han trabajado para promover los valores compartidos. También pidieron que se ayude a los países vecinos de Afganistán que puedan recibir una gran afluencia de refugiados, y que se apoye a los países de la UE que puedan tener que acoger a nuevos refugiados.
Muchos oradores hicieron hincapié en la necesidad de revisar los fracasos de una intervención de dos décadas, el potencial de una renovada amenaza terrorista bajo un régimen talibán, y la necesidad de desarrollar una política coordinada de la UE hacia Afganistán, Asia Central y las potencias regionales activas allí.
"Necesitamos un nuevo enfoque sobre Afganistán, ya que nuevos actores tratarán de llenar el vacío político en el país", dijo David McAllister (PPE, DE), Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, señalando en particular a Rusia y China. En la actual situación, muy preocupante, la acción humanitaria debe ser la máxima prioridad de la UE, añadió.
La violencia, la sequía y el COVID-19 ya han provocado que 18 millones de personas, casi la mitad de la población de Afganistán, necesiten ayuda humanitaria. También hay casi cuatro millones de personas desplazadas internamente y que viven en condiciones precarias. Es probable que estas cifras aumenten, por lo que es esencial que la comunidad internacional siga apoyando a la población afgana, y que los líderes talibanes garanticen que los agentes locales e internacionales que apoyan a la población puedan seguir desarrollando sus actividades en condiciones de seguridad. Tomas Tobé (PPE, SE), presidente de la Comisión de Desarrollo expresó que: "Los nuevos dirigentes afganos deben respetar el derecho internacional humanitario y permitir el acceso de la ayuda humanitaria a todo el país".
Por su parte, dijo Petras Auštrevičius (Renovación, LT), Presidente de la Delegación para las Relaciones con Afganistán dijo que: "Pido a las instituciones de la UE que aumenten los esfuerzos de coordinación para evacuar de Kabul a los residentes de la UE y a nuestros asociados afganos. Necesitamos una acción conjunta coordinada a nivel de la Unión Europea para una evacuación segura y adecuada".
Si bien la violencia es peligrosa para la ciudadanía en su conjunto, las mujeres y los niños son dos grupos especialmente vulnerables a la avanzada Talibán. Ante esta preocupante situación, Evelyn Regner, Presidenta de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, indicó: "Ahora que los talibanes se han hecho con el control de Kabul, ha comenzado un nuevo reino del terror para los habitantes de Afganistán. Para las mujeres y niñas afganas, esto significa una opresión sistemática y brutal en todos los aspectos de la vida. En las zonas controladas por los talibanes se han cerrado las universidades femeninas, se niega el acceso de las niñas a la educación y se vende a las mujeres como esclavas sexuales. No debemos hacer la vista gorda ante una crisis humanitaria que afectará específicamente a las mujeres y niñas de Afganistán. Todos los Estados miembros de la UE deben colaborar para garantizar la salida segura del país de cualquier persona en peligro. Todas las negociaciones posteriores deben garantizar la seguridad y el bienestar de las mujeres y niñas afganas".