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La consciencia medioambiental es, afortunadamente, cada vez mayor. Gran parte de la población española y de toda la Unión Europea separa sus residuos para su posterior reciclado. Para conocer más sobre el destino de la basura, Ecoembes ha publicado un reporte a donde lo explica con claridad.
¿A dónde va la basura que hay en los contenedores?

¿Alguna vez has pensado dónde irá toda la basura que hay en los contenedores? Ecoembes ha preparado un informe especial a donde explica en detalle cuál puede ser el destino final de nuestra basura y desechos. Según muestra el informe, pueden pasar dos cosas: o se lleva a una planta de reciclado o se almacena. Si la basura se almacena puede acabar en dos lugares distintos: por un lado, en un depósito de basura: es un agujero abierto en el suelo donde se entierra la basura; y por el otro, en un vertedero: es una estructura que sigue un diseño determinado para aislar la basura del medioambiente que la rodea.

Así se aclaran algunas dudas: un vertedero no es el montón de residuos que, generalmente, pensamos que es. Eso sería un depósito de basura. Un vertedero, por lo tanto, tiene el objetivo de enterrar los residuos de manera que no contaminen ningún medio (agua, aire, tierra). En estas condiciones, no obstante, la basura no se descompondrá tanto como lo hace en contacto con el medioambiente cuando el objetivo es que se convierta en compost.

Los vertederos son la última opción para aquellos residuos que no pueden ser reutilizados, reciclados, ni revalorizados. Pero estos materiales deben ser tratados con especial atención, ya que emiten gases, polvo y olores que pueden filtrarse a la tierra, contaminar agua o acabar depositados en cualquier cultivo, lo que supone un riesgo para la salud.

Entonces, ¿Cómo funcionan los vertederos? Ecoembe explica que, la basura que se almacena en el vertedero llega para quedarse durante bastante tiempo, ya que en las instalaciones donde se acumula hay poco oxígeno y humedad, lo que hace que tarde más en descomponerse. El objetivo de un vertedero no es que los residuos se descompongan, sino enterrarlos, aislarlos y almacenarlos. Por lo tanto, cuando se excava un lugar así se puede encontrar información y objetos de hace muchas décadas. Además, al cerrar un vertedero, debe hacerse un seguimiento de todos los elementos que lo rodean durante 30 años, especialmente para controlar que el agua subterránea de su alrededor no acabe contaminada. 

Asimismo, cabe destacar que existen dos tipos distintos, los vertederos controlados e incontrolados: por un lado, los vertederos incontrolados: suelen estar en cualquier lugar retirado (explanadas, barrancos, agujeros en las afueras, etc.) donde se depositan residuos sin control. Se trata de una práctica extendida, pero imprudente, que debe desaparecer para dejar paso a vertederos mejor gestionados.

Por el otro, los vertederos controlados: en este caso los residuos se depositan en lugares específicos, preparados para almacenar la basura. Existe un marco legal y una regulación que establece las normas a seguir, los controles que deben hacerse y define las autoridades responsables. Estos son agujeros con las paredes compactadas e impermeabilizadas, junto con los correspondientes sistemas de drenaje. La basura se colocará en capas y se recubre a diario con una fina capa de tierra para evitar el contacto con animales, los malos olores, la emisión de gases y minimizar el riesgo de incendios

Sin dudas, esta última es la mejor opción, el objetivo número uno de los vertederos controlados de residuos sólidos urbanos es la eliminación o el almacenamiento de todo tipo de residuos complejos evitando sus posibles efectos negativos sobre el medioambiente. A pesar de no poder reutilizar estos materiales ni aprovecharlos, se consigue minimizar su impacto sobre el entorno y, sobre todo, se aprovechan los gases generados por la descomposición y, más a largo plazo, se reutiliza la zona para otros fines.

Ecoembes afirma que los vertederos controlados deben tener como principal preocupación la conservación del medioambiente. Por ello, las características del terreno donde se encuentran marcan la configuración del vertedero en sí. Dependiendo del agua subterránea o superficial que fluya en los alrededores, las plantaciones, reservas naturales o cualquier otro elemento que rodee la zona del vertedero, se deberán tomar distintas precauciones durante la eliminación de residuos. El objetivo principal será siempre evitar el impacto de los residuos en el medio natural.

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