Con el objetivo de evaluar los principales avances en la Agenda 2030 y poner el foco en el potencial de las pymes para participar en los fondos Next Generation EU y hacer frente a la transición ecológica, la transformación digital y la cohesión social se realizó el Informe del Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), titulado “La relevancia de la Agenda 2030 en el escenario post-COVID”.“La relevancia de la Agenda 2030 en el escenario post-COVID”. El mismo fue elaborado por la Cátedra LiderazgoS de Esade con la colaboración de la Fundación “la Caixa” y fue presentado ayer, 7 de julio, en el CaixaForum en Madrid.
Una de las principales conclusiones que emergen de la investigación ha sido que la Agenda 2030 gana relevancia en el escenario post pandemia como elemento cohesionador de las políticas globales de sostenibilidad social y medioambiental. Las y los expertos responsables de la realización del estudio, afirman que los gobiernos están llamados a jugar un papel protagonista en la recuperación, estableciendo nuevas reglas del juego para que pequeñas y medianas empresas contribuyan a la creación de riqueza y se corresponsabilicen en la transición hacia un modelo económico sostenible.
La crisis sistémica sin precedentes que se desató tras la irrupción de la pandemia ha golpeado a todos los sectores de la economía de nuestro país y del mundo entero. Al respecto el informe sostiene que, aunque las pequeñas y medianas empresas siguen afrontando las consecuencias de la crisis económica, se destacan las oportunidades para la sostenibilidad en las áreas de la salud, la digitalización, el teletrabajo y la conciliación, como ámbitos de actuación prioritarios para la empresa a corto y medio plazo.
El Informe del Observatorio de los ODS, mide la contribución de las empresas cotizadas españolas a la Agenda 2030 y analiza la incorporación de los requisitos de la Ley 11/2018 de información no financiera y diversidad. Según las y los expertos, en 2020, 106 empresas del total de 134 de las compañías cotizadas con sede en España presentaron información no financiera relativa al ejercicio de 2019. Esta cifra representa el 79% de las compañías, 9 puntos superior al año anterior (70%).
Según la investigación, el 73% de las empresas mencionan los ODS en sus reportes no financieros, un 7% más. No obstante, solo una pequeña parte de estas menciones va acompañada de planes ambiciosos para detallar la contribución a la Agenda 2030. En este sentido, son menos las empresas que informan sobre medidas de digitalización (71%) o acerca de políticas de economía circular, que siguen limitándose principalmente al reciclaje y a la reutilización. Sí aumenta, en cambio, el número de empresas (89%) que comunica haber desarrollado políticas de igualdad de género. Los incrementos más notables se encuentran en las políticas de contratación y de retribución salarial, situándose en el 52% y el 55%, respectivamente.
Es claro que la presencia de los ODS se ha generalizado en todos los sectores. Las empresas energéticas y del sector tecnológico continúan estando a la cabeza. También destacan, en menor medida, las empresas de los sectores industrial y de la construcción, así como las de servicios financieros y bienes de consumo. El sector de los servicios inmobiliarios sigue siendo el más rezagado en la incorporación de los ODS en el reporte no financiero.
Una importante conclusión que emerge sobre este apartado es que ha ganado peso la educación de calidad y se ha postergado el objetivo de poner fin a la pobreza. La investigación muestra que, en 2019, los ODS que más destacan las empresas en sus memorias son el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el 13 (Acción por el clima) y el 9 (Industria, innovación e infraestructura). Estos tres ODS se consolidan como los más citados por las empresas en los tres últimos años, y superan el 45% de las menciones. Los ODS que experimentan una mayor progresión son el 4 (Educación de calidad), el 10 (Reducción de las desigualdades) y el 17 (Alianzas para lograr los objetivos). En cambio, el ODS 1 (Fin de la pobreza), el 2 (Hambre cero) y el 14 (Vida submarina) continúan siendo postergados, puesto que el porcentaje de empresas que reportan medidas vinculadas a estos objetivos no llega al 20%.
Por otra parte, en lo referente al impacto que está teniendo la crisis, el informe señala que algunas pymes han demostrado una gran capacidad para adaptar su actividad empresarial en el escenario provocado por la COVID-19. También se han visto reforzadas las colaboraciones entre empresas y las redes de distribución local. Asimismo, se aprecia una mayor apuesta por los procesos de digitalización y por la introducción de las nuevas tecnologías. Por último, la introducción del teletrabajo se ha revelado como un mecanismo efectivo para permitir la actividad de la empresa y garantizar los puestos de trabajo.
En España, el 99,8% de las empresas son pymes y generan el 64% del empleo del país. Esto las convierte en un actor esencial para garantizar la buena salud de la economía y en una pieza clave para la construcción de un modelo económico más sostenible. Según se desprende del estudio, las organizaciones empresariales consideran que los fondos europeos Next Generation EU suponen una oportunidad histórica para activar la recuperación económica, transformar el tejido empresarial en España y alinear la actividad empresarial con los ODS durante los próximos años.
En materia de Agenda 2030, el análisis señala que hay camino por recorrer. Un 78% de las pymes consultadas conoce el mensaje de los ODS, frente al 97% de la gran empresa. Entre los aspectos clave para favorecer su adopción destacan, entre otros, la necesidad de convicción de los CEOs, el desarrollo de normativas alineadas con la sostenibilidad, el efecto tractor de las grandes empresas o la adopción de pautas de consumo más sostenible por parte de los consumidores.
El documento elaborado por el Observatorio de ODS tambipen predice que los análisis de materialidad cobrarán un papel central. El informe analiza las memorias de las empresas cotizadas españolas y distingue las cuatro dimensiones de la sostenibilidad: gobernanza, prosperidad, personas y planeta. Esta edición incluye, además, un quinto aspecto clave, la materialidad, entendido como el proceso de análisis que permite a la empresa reorientar su estrategia hacia la sostenibilidad. Al respecto se observa que, pese a que el 80% de las empresas estudiadas refleja en sus memorias las cuestiones de sostenibilidad más relevantes para su negocio, tan solo el 60% identifican los riesgos y las oportunidades sociales, económicas y medioambientales que surgen de estas cuestiones. Poco más de la mitad de las empresas (55%) proporcionan información sobre los procedimientos de gestión de los riesgos vinculados a la cadena de valor.
Finalmente, la investigación explica que, sobre la gobernanza, crece el número de empresas (83%) que reportan políticas de protección de los derechos humanos. En el de economía o prosperidad, destaca que el 71% de las compañías reportan sobre digitalización, aunque esta práctica está más extendida entre las empresas tecnológicas, energéticas y de servicios de consumo. En materia de personas, el 82% han adoptado medidas para favorecer la conciliación de la vida laboral con la familiar, aunque siguen siendo pocas las que concretan en qué consisten estas políticas. Por otro lado, en medioambiente o planeta, la economía circular crece cinco puntos respecto al año anterior, situándose en el 85% de las compañías que la aplican. También aumenta un 5% el número de empresas que comunican la adopción de medidas para gestionar los residuos que generan hasta alcanzar el 89%.