Cumplir con los objetivos del Acuerdo de Paris y detener la inminente emergencia climática debiera ser prioritario para todos los sectores de la economía. Lo que está en juego es la salud del planeta y de las personas, sin embargo, para algunas empresas debiera haber un especial interés, como es el caso de las aseguradoras. Entre 2017 y 2018, el sector asegurador sufrió pérdidas por valor de 219.000 millones de dólares como consecuencia de catástrofes naturales, su mayor pérdida nunca registrada en un periodo de dos años, según el Swiss Re Institute. Esta cifra deja patente la exposición de este sector a los sucesos climáticos extremos, algo que impacta directamente sobre sus resultados económicos. Limitar el aumento de la temperatura en torno a 1,5 grados centígrados es esencial para reducir la probabilidad de que ocurran eventos extremos de este tipo.
Evidentemente, las consecuencias de las catástrofes climáticas tienen un especial efecto sobre las compañías aseguradoras y reaseguradoras. En consecuencia, deberían ser las primeras en comprometerse a alinear sus actividades de aseguramiento y de inversión con los objetivos del Acuerdo de París. El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha presentado hoy, 24 de junio, el informe “El reto de las aseguradoras frente al cambio climático: Especial enfoque en el Grupo MAPFRE”, que incluye una serie de recomendaciones para que las aseguradoras apoyen la transición hacia una economía baja en carbono que reducirá los riesgos procedentes del cambio climático.
El documento sostiene que, por un lado, es necesario pedir más ambición al sector asegurador y reasegurador, que debe comprometerse a: en primer lugar, dejar inmediatamente de asegurar nuevos proyectos de carbón y compañías del sector del carbón; en segundo lugar, dejar de asegurar nuevos proyectos en el sector del petróleo y gas y por último, eliminar gradualmente sus pólizas de seguros a compañías del sector del carbón y del petróleo y gas que no están alineadas con una trayectoria de limitación del calentamiento global en torno a 1,5 grados centígrados.
Por otro lado, el informe afirma que es necesario que las aseguradoras restrinjan sus actividades de inversión en compañías que desempeñan actividades intensivas en carbono y que están expuestas a riesgos de transición, que son aquellos derivados de no alcanzar a adaptarse a los nuevos requisitos legales adoptados para descarbonizar la economía. Concretamente, las políticas de desinversión de las aseguradoras deben aplicarse a: todos los tipos de activos que gestionan las aseguradoras y a los activos que tienen las aseguradoras y reaseguradoras en compañías en los sectores del carbón y del gas y petróleo que no están alineadas con una descarbonización de la economía compatible con la limitación del calentamiento global en torno a 1,5 grados centígrados.
El caso MAPFRE, empresa líder en el sector en España tiene un lugar protagónico en el informe. El documento reserva un apartado específico para MAPFRE, uno de los grupos aseguradores españoles de mayor importancia dado sus productos de aseguramiento al sector industrial, reconociendo que esta empresa ha adoptado compromisos crecientes en materia climática en los últimos años. Además, el informe formula una serie de recomendaciones para que la compañía refuerce su compromiso medioambiental:
- Eliminar las excepciones a su compromiso de no asegurar nuevos proyectos vinculados al carbón térmico. No asegurar a las compañías de carbón o de arenas bituminosas que no están implementando una estrategia de descarbonización compatible con los objetivos del Acuerdo de París.
- No asegurar nuevos proyectos de gas o petróleo, ni a aquellas compañías que tienen previsto el desarrollo de aquellos proyectos.
- Desinvertir inmediatamente sus activos y los que gestiona de terceras partes, en las compañías de carbón y de arenas bituminosas. No renovar la deuda corporativa en aquellas empresas después de su vencimiento.
- Publicar su estrategia y las medidas que desempeña para alinear gradualmente todos sus activos y productos financieros con un escenario de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero compatible la limitación del calentamiento global en torno a 1,5 grados centígrados.
- Seguir las directrices de la Comisión Europea en materia de divulgación de información no financiera sobre el clima, e incluir en sus estados de información no financiera la información relevante con sus actividades de suscripción y de inversión.
Este nuevo informe de IIDMA sobre el sector asegurador se une a otros dos presentados en febrero de este mismo año y que se centraban en las políticas ambientales y climáticas de la banca española. En ellos se concluyó que la banca española debe avanzar más para cumplir con el marco jurídico en materia de divulgación de información no financiera sobre cuestiones medioambientales. Al mismo tiempo, tiene que adoptar políticas más ambiciosas para alinear sus actividades con sus objetivos en materia de lucha contra el cambio climático y de desarrollo sostenible.
Ana Barreira, directora de IIDMA y una de las autoras del informe, declara que: “El sector mundial de los seguros y reaseguros puede desempeñar un papel fundamental en la aceleración de la transición hacia una economía resiliente y con cero emisiones netas, en consonancia con el objetivo de 1,5 grados centígrados del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Prueba de ello es la Alianza de Seguros para las Emisiones Netas Cero que se lanzará durante la COP26 la cual tendrá muy en cuenta el marco normativo que se debe cumplir. Es esencial que las empresas españolas del sector asegurador adopten sin dilación políticas y medidas para ser más resilientes y acelerar la transición”.