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La crisis sistémica desencadenada tras la llegada del coronavirus golpeó con fuerza a los emprendedores en condiciones vulnerables en todo el continente latinoamericano. Sin embargo, La Fundación Microfinanzas BBVA ha presentado su informe anual en el cual se observan resultados sumamente positivos. Entre ellos, cerca de 300.000 personas de bajos ingresos fueron bancarizadas por las entidades de la FMBBVA para que pudieran acceder a las ayudas gubernamentales.

La Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA o Fundación) —una institución sin ánimo de lucro creada dentro del marco de responsabilidad social corporativa del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, S.A. (BBVA )— es accionista mayoritaria de seis entidades microfinancieras en cinco países. Todas ellas están unidas por un propósito común: el desarrollo sostenible de emprendedores vulnerables a través de las finanzas productivas.

Su metodología parte del conocimiento individual de los microemprendedores y de sus necesidades. Esto les permite apoyar financieramente a sus clientes para que generen excedentes económicos sostenibles en el tiempo, permitiéndoles mejorar su salud financiera y bienestar, así como el de sus familias y comunidades. La apuesta por un ciclo de vida (financiero) óptimo del cliente se ve reforzado con el impacto social que se produce. El sistema de medición de impacto es un elemento transversal que permite retroalimentar las propuestas y alinear al máximo la actividad del Grupo con su misión de fomentar el progreso económico y social sostenible de los emprendedores vulnerables.

A pesar del contexto adverso, la FMFBBVA ha presentado su informe anual y, contra todo pronóstico, los resultados han sido positivos. El año 2020 pasará a la historia como el año de la pandemia, con enormes consecuencias para la salud, la economía y el aumento de las desigualdades. Pero el impacto de esta crisis no ha sido igual para todos. Latinoamérica, donde tiene su actividad la Fundación Microfinanzas BBVA ha sido una de las zonas más afectadas, lo que “ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región”, como señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su último informe.

En dicha región, la reducción del empleo ha sido importante tanto en el sector formal como en el informal. A diferencia de otras crisis donde el empleo informal permitía la generación de ingresos ante la pérdida de empleo formal, en está ocasión las políticas de distanciamiento físico y restricciones a la movilidad han limitado el papel del empleo informal como mecanismo de compensación temporal. En la primera parte del año se produjo una caída del empleo informal incluso más acentuada que la del empleo formal, reduciéndose así la tasa de informalidad.

Conforme las medidas de confinamiento y de restricción a la movilidad se fueron flexibilizando, se fue revirtiendo esta situación del empleo informal y creciendo el empleo por cuenta propia. Al cierre del año, esto se reflejó en un alza de 1,1 puntos porcentuales en la tasa de informalidad. El 52,2% del trabajo masculino y el 56,3% del femenino en 2020 era informal. Cuando las restricciones a la movilidad desaparezcan y aflore buena parte del desempleo que se encuentra represado debido a las políticas de apoyo y conservación del empleo adoptadas en 2020, el sector informal podría volver a convertirse en el amortiguador del mercado laboral, ayudando a evitar el aumento del desempleo. Las tasas de informalidad laboral tenderán a aumentar durante 2021, lo que impactará negativamente en las condiciones de empleo

Antes este contexto por demás adverso, la respuesta inmediata a la pandemia, tanto en escala como en alcance, no tiene precedentes. Los distintos gobiernos han adoptado un conjunto de medidas monetarias y fiscales para intentar mitigar este profundo impacto, y el sector privado también ha puesto en marcha diversas acciones en la misma dirección. A pesar de estas actuaciones, se ha producido la mayor caída de actividad económica y el más alto retroceso de bienestar en la historia reciente del conjunto de estos países.

Sin embargo, los retos a los que se vieron sometidos los 2.612.144 personas (el 57,2% mujeres) a los que atiende la FMBBVA demostraron una vez más su fortaleza y resiliencia frente a las situaciones más adversas. Nueve de cada 10 tomaron alguna medida, tanto en sus negocios como en sus finanzas, y a finales de 2020, el 84% de sus negocios seguían abiertos. Los datos obtenidos para el análisis de lo ocurrido en 2020 se presentaron en el Informe de Desempeño Social, que se publica de forma anual, y que muestra una de las principales fortalezas de la FMBBVA. Medir el impacto de las acciones realizadas posibilita velar por el grado de éxito en el cumplimiento de la misión de la fundación. Los indicadores analizados permiten ajustar la estrategia a las necesidades de cada momento.

Gracias a su labor, en 2020, la Fundación Microfinanzas BBVA volvió a ser reconocida como la primera fundación en contribución al desarrollo en Latinoamérica y la primera del mundo en contribución al desarrollo para la igualdad de género, según los datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Los resultados son realmente contundentes: Cerca de 300.000 personas de bajos ingresos fueron bancarizadas por las entidades de la FMBBVA para que pudieran acceder a las ayudas gubernamentales. Asimismo, nueve de cada 10 tomaron alguna medida para hacer frente a la crisis. En sus negocios principalmente cambiaron de actividad o la diversificaron; en sus finanzas utilizan sus ahorros como principal medida. Finalmente, a pesar de las dificultades, la Fundación impartió formación a más de 400.000 personas en 2020.

La Fundación Microfinanzas BBVA rige toda su actividad en función de los criterios ESG (Medioambiente, sociedad y buen gobierno por sus siglas en inglés). Si bien todos los elementos son fundamentales, para la Fundación, la dimensión social se encuentra en el núcleo de su razón de ser y de sus acciones. Esto está en línea con su misión: impulsar el desarrollo económico y social sostenible e inclusivo de las personas más desfavorecidas. Los clientes de la Fundación y su público objetivo tienen bajos ingresos y un acceso limitado o inexistente al sistema financiero. Además, son los más expuestos a los impactos de un cambio climático que amenaza con tener consecuencias devastadoras en sus vidas.En este sentido, la actuación de la entidad está dirigida a mitigar los factores de exclusión financiera y social, así como a dotar a esta población de un conjunto de productos que les permita aumentar su resiliencia frente al cambio climático, mejorar su interacción con el medio ambiente y sus condiciones de vida. 

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