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Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, este sábado 5 de junio, la compañía cierra su ciclo ambiental 2015-2020 y supera muchos de los objetivos propuestos. Entre otras cosas, Pascual ha alcanzado con creces una de sus metas que fue lograr la reducción del 20% de sus emisiones y su consumo de agua y energía eléctrica.

El próximo sábado 5 de junio se conmemora el día Mundial del Medio Ambiente y Pascual lo celebrará de la mejor manera ya que ha completado su ciclo medioambiental 2015-2020 con excelentes resultados en cada uno de los ejes de su estrategia. El marco Pascual Aporta Medioambiente aglutina todas las directrices encaminadas a minimizar el impacto medioambiental de las actividades de la compañía y favorecer la economía circular. Así, la compañía líder en el sector cubre todas las etapas de la cadena de valor, girando en torno al aprovisionamiento sostenible, la producción eficiente, el ecodiseño en los envases, la movilidad sostenible, la huella ambiental y la biodiversidad. 

En lo relativo al eje de las operaciones sostenibles, el consumo eléctrico de la compañía, expresado como kWh por cada tonelada de producto terminado, se ha reducido en un 22,90% en el periodo de 2015 a 2020. Esta ratio representa un logro de tres puntos porcentuales de mejora por encima del objetivo marcado, pasando de 91,58 a 70,61 kWh/1.000 kg. Es importante destacar que el grupo lleva años desarrollando un modelo de producción eficiente que promueve el uso de energías renovables, capaz de responder a las necesidades del negocio con un menor impacto ambiental. Destacan medidas como el acuerdo con EDPR para la compra de energía eólica durante cinco años desde enero de 2018, siendo el primer acuerdo de este tipo firmado en España. En 2020, el consumo de energía eléctrica renovable en el área industrial superó los 80 millones de kWh lo que supuso un ahorro de emisiones de casi 25.000 toneladas de CO2. 

Asimismo, el consumo de agua, expresado como metros cúbicos por cada tonelada producida, ha disminuido un 24,20% desde 2015 a 2020, con cuatro puntos de mejora respecto del objetivo fijado de 20% de reducción. En este sentido, se ha pasado de un consumo de 2,20, en el 2015, a 1,67 metros cúbicos por cada 1.000 kg de producto, en el 2020. Los ahorros vinculados a los procesos de limpieza y la implantación de acciones para el reaprovechamiento del agua son las principales causas de esta reducción.

El objetivo de la reducción del residuo va más allá de las fábricas y la compañía se ha focalizado en obtener la Certificación de Residuo Cero para asegurar que los desechos generados en todos los centros tienen un destino final alternativo a la eliminación en vertedero, o lo que es lo mismo, se destinan a una segunda vida útil mediante su reciclaje, reutilización o valorización en forma de energía. Al respecto, los resultados de la compañía muestran que el residuo sólido urbano, entendido como kilogramos de Residuo Urbano por cada tonelada de producto cuyo destino final es vertedero, se ha reducido en un 74,67% en el mismo periodo en el área industrial, pasando de una ratio de 0,75 a 0,19. El objetivo de residuo cero a vertedero ya se ha conseguido en las plantas de Ortigosa del Monte, Trescasas y Gurb y está previsto alcanzarse en todos los centros de la compañía a lo largo de 2021.

Todas estas medidas se han traducido en una reducción de la ratio de emisiones (kg CO2 equivalente por 1000 kg de producto envasado para los alcances 1, 2 y 3 de un 25,42% en el periodo 2015-2020. La sustitución de equipos de tratamiento térmico de las plantas, la modernización de la flota de camiones de camiones de largo y corto recorrido, el uso de envases y embalajes con un peso más reducido y con una mayor composición de materiales reciclados, la utilización de energía eléctrica con origen renovable garantizado o los cambios en el modelo de aprovisionamientos de materias primas son algunos de los ejemplos de las acciones realizadas.  

La promoción de la economía circular ha sido otro de los ambiciosos objetivos que Pascual se ha propuesta. Cabe destacar la estrategia de la compañía de envases sostenibles como garantía de la defensa de la circularidad de la economía. Pascual envasa ya su leche, su gama de natas y sus Bifrutas en ‘Tetra Brik Aseptic Bio-Based’, el envase más sostenible del mercado con materiales procedentes de fuentes renovables y tapón de caña de azúcar. Además, gracias a su ‘Compromiso Bezoya’, todas las botellas de la marca se fabricarán, este 2021, con plástico 100% reciclado (rPet). Por otra parte, el 100% de los envases en brik y etiquetas de papel de las marcas de la compañía cuentan con el sello FSC de sostenibilidad y las pajitas plástico de sus productos se sustituirán por pajitas de cartón. El ciclo ambiental se cierra con otros avances en materia de aprovisionamiento sostenible, biodiversidad y mantenimiento de los ecosistemas como el Bosque Pascual para la compensación de emisiones; la colaboración con la Fundación Global Nature, a través de la redefinición del concepto de granja sostenible y la participación asociada al proyecto LIFE Agriadapt de adaptación al cambio climático; el acuerdo con SEO Bird Life para garantizar un aprovisionamiento sostenible de soja.

En cuanto al balance del ciclo ambiental en lo relativo a la lucha contra el cambio climático, Pascual tiene desde 2013 inscrita su huella de carbono en el Registro de la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD); siendo la primera empresa del sector lácteo en lograrlo y en tener inscritos además sus tres alcances desde 2018, muestra de un trabajo constante en las políticas responsables. En el ámbito de la movilidad sostenible en la logística de corto recorrido, un 10% de la flota de camiones de reparto se mueven total o parcialmente gracias a energías alternativas como el gas natural comprimido (GNC). En materia de logística de largo recorrido, Pascual cuenta con hasta 39 camiones propulsados por combustibles de fuentes de energías alternativas como el gas natural licuado (GNL), así como dos megatrailers que consiguen movilizar prácticamente el doble de carga con el mismo consumo. 

Estos excelentes resultados, junto con los aprendizajes acumulados, las novedades legislativas y la escucha activa de los grupos de interés, son la base para la definición a lo largo del ejercicio del 2021 del nuevo plan estratégico medioambiental de la Corporación. Pascual sigue trabajando para fortalecer su estrategia ambiental en los próximos tiempos y ya ha identificado las grandes líneas estratégicas con miras al año 2023. Aspectos como el cambio climático y la promoción de la economía circular seguirán teniendo un papel relevante. Las prácticas de ganadería y agricultura sostenible, la gestión del capital natural (energía, agua, biodiversidad...) no solo en las operaciones directas sino también a lo largo de la cadena de valor y la reducción del desperdicio alimentario serán igualmente otros elementos clave del nuevo ciclo ambiental de Pascual.

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