La economía azul de la Unión Europea (UE) engloba a todas las industrias y sectores relacionados con los océanos, los mares y las costas, tanto si están directamente apoyados en el medio marino (por ejemplo, el transporte marítimo, el marisqueo o la generación de energía) o si están enclavados en tierra (por ejemplo, puertos, astilleros o infraestructuras costeras). Según el último Informe sobre la economía azul, los sectores tradicionales de esta economía proporcionan 4,5 millones de empleos directos y generan más de 650 000 millones de euros en volumen de negocios.
Se trata de un sector económico clave para la UE y en vistas a desarrollar los planes de recuperación post- pandemia es importante tenerlo en cuenta. En este contexto, a mediados del corriente mes de mayo, la Comisión Europea ha propuesto un nuevo enfoque destinado a las industrias y sectores relacionados con los océanos, los mares y las costas. Esta nueva disposición propone que todos los sectores de la economía azul, como la pesca, la acuicultura, el turismo costero, el transporte marítimo, las actividades portuarias y la construcción naval, tendrán que reducir su impacto medioambiental y climático.
La comisión ha dejado en claro que para afrontar el enorme desafío de detener la crisis climática es preciso poner en marcha planes realmente transformadores. Es por esto que afirma que, para hacer frente al calentamiento global y la pérdida de biodiversidad, se requieren mares sanos y un uso sostenible de sus recursos que permita crear alternativas a los combustibles fósiles y a la producción tradicional de alimentos.
Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, ha señalado lo siguiente: “La salud de los océanos es una condición previa para una economía azul próspera. La contaminación, la sobrepesca y la destrucción de los hábitats, unidas a los efectos de la crisis climática, suponen una amenaza para la riqueza de la biodiversidad marina de la que depende la economía azul. Hemos de cambiar de bordo y desarrollar una economía azul sostenible en la que la protección del medio ambiente y la actividad económica vayan de la mano.”
La Comunicación fija una agenda detallada para la economía azul, con el fin de, en primer lugar, alcanzar los objetivos de neutralidad climática y contaminación cero, particularmente mediante el desarrollo de energía marina renovable, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos. Una combinación sostenible de energía oceánica formada por energía eólica, térmica, undimotriz y mareomotriz flotante podría generar una cuarta parte de la electricidad de la UE en 2050. Los puertos son cruciales para la conectividad y la economía de las regiones y los países europeos y podrían utilizarse como polos energéticos.
En segundo lugar, se busca culminar la transición hacia una economía circular y reducir la contaminación, por ejemplo mediante la renovación de las normas para el diseño de los artes de pesca, el reciclado de buques y el desmantelamiento de plataformas en alta mar, y mediante la adopción de medidas para reducir la contaminación por plásticos y microplásticos. Asimismo, preservar la biodiversidad e invertir en la naturaleza: la protección del 30 % de la zona marítima de la UE invertirá la pérdida de biodiversidad, agrandará las poblaciones de peces, contribuirá a mitigar el cambio climático y a crear resiliencia y generará importantes beneficios financieros y sociales. Seguirán reduciéndose las repercusiones medioambientales de la pesca en los hábitats marinos.
En tercer lugar, la Comisión Europea pretende favorecer la adaptación al cambio climático y la resiliencia de las costas: las actividades de adaptación, como el desarrollo de infraestructuras ecológicas en las zonas costeras y la protección de las costas frente al riesgo de erosión e inundaciones, contribuirán a preservar la biodiversidad y los paisajes, con los consiguientes beneficios para el turismo y la economía costera. Al tiempo que garantizar una producción de alimentos sostenible: la producción sostenible y las nuevas normas de comercialización de los alimentos marinos, el uso de algas y fanerógamas marinas, el refuerzo del control de la pesca y la investigación y la innovación en la acuicultura celular contribuirán a preservar los mares de Europa. Con las Directrices estratégicas para el desarrollo sostenible de la acuicultura de la UE, ya adoptadas, la Comisión también se ha comprometido a expandir la acuicultura sostenible en la UE.
Por último, mejorar la gestión del espacio en el mar es otro de los objetivos. El nuevo Foro Azul, destinado a los usuarios del mar y dirigido a coordinar el diálogo entre los operadores de alta mar, las partes interesadas y los científicos que se dedican a la pesca, la acuicultura, el transporte marítimo, el turismo, las energías renovables y otras actividades, estimulará un intercambio cooperativo de ideas para el uso sostenible del medio marino. En 2022 se publicará un informe sobre la aplicación de la Directiva de la UE sobre ordenación del espacio marítimo, que seguirá a la adopción de los planes nacionales de ordenación marítima en marzo de 2021.
Además, la Comisión seguirá creando las condiciones para una economía azul sostenible a escala internacional, aplicando la agenda de gobernanza internacional de los océanos. La Comisión Europea y el Grupo del Banco Europeo de Inversiones, compuesto por el Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI), intensificarán su cooperación para una economía azul sostenible. Estas instituciones colaborarán con los Estados miembros a fin de satisfacer las necesidades de financiación existentes para reducir la contaminación en los mares europeos y facilitarán la inversión en innovación azul y bioeconomía azul.
Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Pesca y Asuntos Marítimos, concluyó que: ”La pandemia ha golpeado a los diversos sectores de la economía marina de formas diferentes, pero todas ellas severas. Tenemos ahora la oportunidad de empezar de nuevo, y queremos asegurarnos de que la recuperación deja de centrarse en la mera explotación para fijarse en la sostenibilidad y la resiliencia. De tal modo, para ser verdaderamente verdes, tenemos también que pensar en azul.”