Todas las personas somos diferentes y cada una es un mundo. Lejos de ser una desventaja, esto es lo que favorece la existencia de una sociedad cada vez más heterogénea, diversa y compleja. Las distintas culturas, creencias, puntos de vista y circunstancias personales conforman una diversidad que acaba por enriquecer a esa sociedad. Por esta razón, la ONU lleva décadas impulsando iniciativas para acabar con lacras como el racismo, el machismo, la homofobia o la transfobia en los distintos países.
Sin embargo, la defensa de la diversidad no es solo cuestión de grandes tratados y normativas. A veces las mayores luchas hay que librarlas en el plano de lo micro. En este sentido, más allá de las políticas que promuevan la diversidad y la tolerancia, la ciudadanía en su conjunto puede hacer mucho por impulsar la convivencia pacífica en una sociedad cambiante y heterogénea. Para lograrlo, la empatía es fundamental. Una cuestión que ha abordado el Mes de la Diversidad de Voluntariado CaixaBank a través de distintos seminarios web y talleres.
A partir de esta iniciativa, el cuerpo de voluntarios de CaixaBank han tenido la oportunidad de escuchar la experiencia de personas que viven en primera persona algunos de esos desafíos que afronta la diversidad. Un ejercicio que permite aprender sobre sus antecedentes, creencias y realidades para favorecer la inclusión y la igualdad. Específicamente, las actividades abordaron tres grandes temáticas: el racismo en España, la diversidad sexual y la igualdad como cultura empresarial.
En primer lugar, sobre la gran problemática del racismo, German Jones Ndjoli, experto en historia africana, escritor y activista, compartió algunas de las claves sobre el racismo en España a través de su ponencia. Jones apuesta por el establecimiento de políticas activas de visibilización y promoción de la diversidad que den lugar a espacios de interacción social y equidad. En cuanto al papel de las empresas, Jones considera que, al igual que escuelas y universidades, deben ser lugares representativos de la sociedad e implicados en sus retos. “La visibilización y promoción de las minorías, así como el establecimiento de reglamentos específicos para proteger y perseguir este tipo de discriminaciones, más allá de ser necesarios, deberían ser obligatorios para combatir el racismo en el entorno laboral de forma efectiva”, destacó.
En segundo lugar, para abordar la temática de la diversidad sexual, CaixaBank convocó a Aitzole Araneta, sexóloga, técnica de igualdad y de participación. La experta afirmó que se están dando pasos en el reconocimiento de esa diversidad, aunque quedan retos pendientes, como “la construcción de una pedagogía social que aborde y explique la diversidad sexual”. De esta manera, las futuras generaciones podrán verla como algo completamente normal. Se trata de que etiquetas como la de persona trans sean “simplemente un adjetivo más, como puede ser rubia o rubio”.
“La diversidad sexual es cosa de todos”, subrayó Aitzole Araneta durante su intervención. “Somos seres sexuados y eso significa que nos vamos construyendo en esta dimensión sexuada como hombres y mujeres empezando por la fisiología, siguiendo con los roles culturales de género y acabando con nuestra psique”.
Por último, quedó manifiesto que una cultura de la igualdad es clave en las empresas. Así, a mayor equilibrio entre mujeres y hombres en empresas y organizaciones, mayor productividad, innovación y capacidad de adaptación. Se trata de una realidad que ya tienen presente inversores de todo el mundo, quienes apuestan cada vez más por apoyar a aquellas empresas que cuentan con la igualdad como cultura empresarial. Precisamente para convertir la igualdad en cultura empresarial, este valor debe incorporarse en la estrategia de la empresa y, además, recibir el impulso de la dirección y los órganos de decisión. “Solo así se consigue que se vaya impregnando y calando en toda la plantilla y en los procesos internos”, apuntó Yolanda Fernández, directora de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), durante su intervención en el Mes de la Diversidad. Para lograr este objetivo, Fernández indica una serie de pasos, que incluyen el compromiso de la empresa y la creación o consolidación de esa cultura inclusiva e igualitaria.vLa sensibilización y formación de la plantilla, especialmente de altos cargos y mandos intermedios, así como el diseño y la implementación de un plan de igualdad, serían el siguiente escalón.
Como conclusiones de este completo Mes de la Diversidad de Voluntarios CaixaBank, se recogieron una serie de consejos para poder contribuir a una sociedad más igualitaria y diversa desde la empresa: