Bajo el título ‘The Geopolitics of the Green Deal’ se celebró la sesión inaugural de la novena edición de la Global Annual Energy Meeting, organizada por EsadeGeo, la Representación de la Comisión Europea en España y EIT InnoEnergy. El evento virtual contó con la participación de referentes en materia medioambiental como Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, Kadri Simson, comisaria de Energía de la Comisión Europea, Javier Solana, presidente del Centro de Geopolítica y Economía Global de Esade (EsadeGeo), y Diego Pavía, CEO de EIT InnoEnergy.
La ministra Ribera señaló durante su intervención que: “La ambición climática de un país o una región puede moldear su capacidad de liderazgo multilateral. Europa necesita más que nunca mantener su postura elevada y acelerar la acción en el ámbito doméstico si queremos seguir siendo un referente mundial y un líder de la transición verde. Por su parte, Simson analizó las implicaciones geoestratégicas de la transición energética, así como el liderazgo de Europa en la acción climática, alineado con dos prioridades estratégicas: el objetivo de ser el primer continente climáticamente neutro para 2050 y su aspiración de ser un actor global más fuerte.
Siguiendo la misma línea argumental, la Comisaria ha señalado que, en efecto, garantizar el suministro de energía no es solamente un elemento fundamental para el desarrollo económico y social, sino también, un asunto que forma parte de las dinámicas de poder mundiales: “el Pacto Verde no es solo una agenda para transformar la economía y la sociedad de Europa. Tiene un impacto más allá de nuestras fronteras, sobre todo, con nuestros socios más cercanos y en nuestro vecindario. Es por eso que también debe ser un foco de nuestra acción exterior: para que Europa pueda liderar esta carrera, necesitamos que otros nos sigan”, sentenció.
Para Simson el liderazgo y las alianzas con otros actores deben ir de la mano con el fortalecimiento de la autonomía estratégica de Europa: “debemos ser capaces de adaptarnos a los nuevos desafíos que se plantean en nuestra seguridad y resiliencia energética”, ha comentado, teniendo en cuenta que Europa ha sido hasta ahora un gran importador de gas y petróleo, aunque “también debemos asegurarnos de que la dependencia de combustibles fósiles no sea reemplazada por una nueva dependencia de materias primas”, ha añadido.A decir de Simson, para hacer posible el nuevo sistema energético, “debemos garantizar un acceso seguro, transparente y diversificado a las materias primas críticas”.
De manera similar, Teresa Ribera ha comentado que, “si queremos que la transición energética sea sostenible, es necesario aplicar un modelo de explotación global de los recursos naturales responsable, más racional, transparente y justo”. En esta misma línea, la ministra española concluyó que la transición energética implica cambios en el equilibrio de poder y plantea preguntas en materia de paz, estabilidad y seguridad. En este sentido ha destacado la importancia de seguir de cerca la sostenibilidad de las materias primas y a la vez poner atención en los países cuyas economías dependen de la exportación de combustibles fósiles. “Europa debe velar por mejorar la consistencia en esta transición, tanto en el ámbito interno como en el externo, fortaleciendo la cooperación para que entre los distintos actores podamos construir un futuro mejor para todos.”