Aunque poco se diga de ellos, los arrecifes de coral acogen una cuarta parte de todas las especies marinas y proporcionan alimento, medios de subsistencia, seguridad y recreación para al menos mil millones de personas. Sin embargo, la contaminación, la sobrepesca y las olas de calor derivadas del cambio climático amenazan su existencia.
La mayor parte de los arrecifes de coral aún no se ha cartografiado. Es por esto que un grupo de científicos se han planteado el objetivo de monitorear, en tiempo real, estos ecosistemas submarinos biodiversos para protegerlos y restaurarlos. Asimismo, quieren identificar segmentos de coral que sean naturalmente más resistentes al cambio climático. Estos refugios pueden contener secretos que nos permitan mitigar el impacto del calentamiento de los mares en los arrecifes de coral.
Se trata del ambicioso proyecto Allen Coral Atlas, dirigido por Vulcan, una organización filantrópica creada por el cofundador de Microsoft Paul Allen. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) está trabajando con Vulcan para desarrollar las capacidades de los profesionales, administradores y responsables políticos de los arrecifes de coral en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, a cerca de cómo utilizar el nuevo atlas. Sobre el programa Chuck Cooper, director de relaciones gubernamentales y comunitarias de Vulcan, expresó que “El atlas pretende mejorar nuestra comprensión de los sistemas de arrecifes de coral e impulsar mejores políticas, basadas en la evidencia, para protegerlos”.
El atlas, abierto al público, utiliza tecnología satelital para crear imágenes en alta resolución de los corales que luego se procesan en mapas detallados. Estos mapas captan características que permitirán a los científicos y a la comunidad comprometida con la conservación comparar la salud de los arrecifes de coral a lo largo del tiempo y comprender las presiones que enfrentan los arrecifes.
Un fenómeno que el atlas podrá monitorear es el del blanqueamiento. Esto ocurre cuando los corales —animales diminutos que secretan carbonato de calcio para su protección— se ven estresados por factores como el agua caliente o la contaminación. Como resultado, expulsan unas algas simbióticas microscópicas llamadas zooxantelas, las cuales residen dentro de sus tejidos. Entonces los corales adoptan un tono fantasmal: se “blanquean”.
Este innovador proyecto proporcionará información relevante para monitorear los fenómenos de blanqueamiento de los arrecifes de coral y otros cambios a corto plazo. Estas evidencias podrán informar la formulación de políticas y, al mismo tiempo, servir de información científica convincente para captar el interés del público en torno a la precaria situación de los corales.
Los puntos de partida del atlas
Hace tres años, Paul Allen asignó a Vulcan la responsabilidad de salvar los corales del mundo, dice Paulina Gerstner, gerente del programa Allen Coral Atlas. “Como tecnólogo, vio enormes lagunas de datos y nos desafió a descubrir cómo aplicar la incipiente disponibilidad de imágenes satelitales para mapear y monitorear los arrecifes de coral del mundo. Todos ellos”, dice Gerstner. Allen, un ávido buzo que falleció en 2018, estaba profundamente comprometido con la protección de los ecosistemas marinos. Ya estaba financiando la investigación de los corales desde antes, pero su preocupación se intensificó en 2017 cuando descubrió que sus sitios favoritos de buceo en arrecifes estaban blanqueados. Fue entonces cuando le encargó al equipo el ambicioso objetivo de cartografiar los corales del mundo.
El PNUMA está capacitando a funcionarios de los Estados costeros en el uso del atlas y apoyando los esfuerzos para desarrollar políticas que protejan los arrecifes de coral. Además de Vulcan, que está financiando el proyecto, hay otros aliados, como la Universidad de Queensland, Planet Inc., Arizona State University y la National Geographic Society.
El atlas utiliza imágenes de Planet Labs, que opera la flota más grande del mundo de satélites de observación de la Tierra. Diariamente, los satélites de Planet Labs fotografían toda la superficie de la Tierra con minucioso detalle. Los investigadores analizarán las imágenes de satélite y producirán mapas que cataloguen las profundidades de los arrecifes y su ubicación y, al mismo tiempo, los diferenciarán de otros hábitats y elementos submarinos, como los pastos marinos, las rocas y la arena.