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La pandemia de coronavirus ha golpeado a todos los sectores de la economía, pero sin dudas el turístico ha sido uno de los más perjudicados. Esto supone una gran pérdida para España ya que la actividad turística significa más del 12% de PIB del país, asimismo se emplean de manera directa a 2,67 millones de personas, y genera en otros sectores 62€ por cada 100€ de gasto turístico. Exceltur, Alianza para la Excelencia Turística, en colaboración con la Fundación SERES, ha presentado el informe titulado “Contribución social del sector turístico español”, elaborado por Deloitte, que además de la contribución del turismo a la economía aborda con gran profundidad el importante rol que tiene el sector del turismo en la agenda social y especialmente el accionar solidario que ha tenido durante la pandemia.

Desde la declaración del Estado de Alarma en España el pasado 14 de marzo de 2020, el sector turístico afronta una situación de cese prácticamente total de sus actividades, que está teniendo unos efectos devastadores para las propias empresas y para la economía del país. Pese a la apertura de fronteras con países internacionales el 21 de junio, el descenso de la actividad turística durante el verano ha sido el mayor de la historia de nuestro país con 40.000 millones de euros, tras haber estado cerrados durante el segundo trimestre. Esta situación ha frenado bruscamente el crecimiento casi interrumpido que el sector llevaba experimentando en los últimos años. Con la esperanza de la vacuna en puerta, es momento de pensar en la reconstrucción económica y los retos son muchos, especialmente cuando el norte está puesto en no dejar a nadie atrás. Las empresas tienen el desafío de generar soluciones eficientes, eficaces y sostenibles.

El informe presentado el día de ayer, 18 de noviembre, “Contribución social del sector turístico español”, publicado por Exceltur, Alianza para la Excelencia Turística, en colaboración con la Fundación SERES, y elaborado por Deloitte demuestra el importante rol que cumplió el sector durante la pandemia y el que continúa teniendo de cara a la reconstrucción económica. En este sentido, la investigación demuestra el gran potencial de las empresas de turismo español en materia de responsabilidad social. Y como ha logrado crecer y transformarse desde la antigua visión filantrópica a un asunto estratégico con cada vez más valor para el turista, la comunidad local, y todos los grupos de interés del sector.

En el ámbito económico el informe destaca que, durante la última década, el sector turístico de nuestro país se ha consolidado como una de las principales fuentes de renta y empleo de la economía española, aportando en 2018, según el INE, 147.946 millones de euros de actividad, es decir el 12,3% del Producto Interior Bruto (PIB). Este crecimiento se ha visto también reflejado en el impulso de la economía local ya que, según las empresas consultadas para este estudio, más del 85% de sus compras se realizan a nivel local, favoreciendo el apoyo a los proveedores locales.

Claramente el crecimiento del sector turístico se ha visto paralizado este año por la crisis del COVID 19, que ha puesto en especial relevancia los importantes efectos tractores que induce sobre terceros. Como se explica en este informe, según el INE, por cada 100 empleos en ramas de actividad en contacto directo con el turista, se generan 67 empleos adicionales en otros sectores, y por cada 100 euros de valor añadido, se aportan 62,1 euros en otros sectores. Asimismo, la investigación destaca también la relevancia del sector por las oportunidades que facilita al emprendimiento, que se aprecia dada la alta presencia de pymes en el sector, más de 400 mil según el INE, y su compromiso con la formación, el 66,5 % de las compañías de la hostelería impartieron formación para mejorar los conocimientos y habilidades de sus trabajadores.

Pero además de su gran relevancia en el desarrollo económico de España y en la generación de puestos de trabajo, la pandemia y la crisis derivada de ésta, ha permitido mostrar a las empresas su costado más solidario. A pesar de que el sector turístico está siendo el más perjudicado por la crisis provocada por el COVID 19, numerosas empresas del sector han contribuido de forma muy activa en la lucha contra la pandemia estos últimos meses. Las iniciativas impulsadas por el sector turístico han tenido como objetivo cubrir las necesidades que se han ido detectando, desde las posibilidades que ofrecen los recursos de los que dispone cada entidad (materiales o de infraestructuras, de servicio, conocimiento técnico o recursos humanos).

El informe muestra que los beneficiarios de las iniciativas impulsadas por el sector turístico podrían agruparse en 3 niveles. En primer lugar, clientes, personas vulnerables, entidades sociales, empleados de las propias empresas y la administración pública. En segundo lugar, el sector sanitario que ha precisado de ayuda a nivel de recursos materiales y logísticos y, en tercer lugar, los profesionales esenciales tales como fuerzas de seguridad del Estado, transportistas, empleados en el sector de la alimentación, etc. Además, el sector turístico también se ha comprometido con sus empleados, vía ayudas económicas, y de vivienda, cobertura médica, formación gratuita, y cesión de coches gratuitos, entre otras.

Algunas iniciativas que recoge el informe y que muestran el compromiso del sector han sido, la medicalización de más de 25 hoteles que han atendido a más de 3000 pacientes y puesto a disposición muchas más instalaciones, a las administraciones por si fueran precisas. Además, el sector colaboró también en el levantamiento de hospitales de campaña instalando más de 2.000 camas, atendiendo a más de 5.000 pacientes en una extensión de 95.000 m2 ubicados entre 8 pabellones.  Algunos establecimientos han ido incluso un paso más allá de las donaciones de alimentos y han reconvertido sus restaurantes en comedores sociales, para atender a personas en situaciones de necesidad. En esta línea, algunos hoteles han cedido sus cocinas a chefs para elaborar comidas y repartirlas entre los colectivos desfavorecidos a través del Banco de Alimentos en colaboración con diferentes ONG.

Asimismo, las empresas turísticas españolas han querido también reconocer en especial, la labor sanitaria llevada a cabo, facilitando 10.000 plazas gratuitas en transporte ferroviario y 550 vehículos a disposición del personal sanitario o colectivos esenciales, así como estancias gratuitas para todos aquellos colectivos que han trabajado en primera línea u ofertas para sus próximas vacaciones. Además, el sector del transporte, que ya participaba activamente en el transporte de ayuda humanitaria antes de que se desatara esta pandemia, también ha querido contribuir ayudando a la repatriación de turistas a sus países de origen, así como en el transporte de material sanitario urgente hacia los hospitales y el abastecimiento de los territorios insulares.

Tanto cadenas hoteleras como aerolíneas han donado material de utilidad para hospitales. Asimismo, también han realizado donaciones de material sanitario como mascarillas, gorros, gel hidroalcohólico, productos de protección y limpieza. Sumado a esto, algunas empresas han querido promover que la población se mantenga activa durante el confinamiento y que aproveche el tiempo para formarse y mejorar sus habilidades técnicas. Para ello, han abierto a sus clientes y, en ocasiones, al público en general, sus programas de formación online.

Pero la solidaridad del sector no se acaba con la pandemia. Las empresas del sector turístico prevén seguir colaborando en la medida de sus posibilidades durante los próximos meses, en los que el foco está en la recuperación de la actividad, en todos los aspectos, tras las pérdidas ocasionadas por esta crisis. Por tanto, las iniciativas que desarrollen se irán adaptando a las necesidades que se vayan detectando en cada momento.

El informe deja en claro que el sector turístico, además de ser uno de los mayores generadores de riqueza y empleo de España, es un actor clave para el desarrollo social. En este sentido, el sector ha impulsado un elevado número de acciones que trabajan en esta dirección, pero el potencial es aún mayor y es por ello que la agenda del sector debe incorporar una reflexión y acciones concretas que integren con mayor intensidad la dimensión social de sus actividades, de forma que puedan ser medidas y comunicadas como demanda la sociedad y los reguladores.

Para maximizar el impacto de las acciones que este sector ha realizado y continuará realizando en el campo de la Responsabilidad Social, es necesario que las compañías dispongan de una vocación de contribución social definida, adaptada al subsector, tamaño y geografía en el que operan. Hasta el momento han demostrado que pueden y que podrán aún más.

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