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Las sociedades cambian y con ellas el mundo empresarial. La sostenibilidad y las acciones vinculadas a la responsabilidad social corporativa (RSC) son cada vez más importantes en la estrategia de negocio de las empresas. Sin dudas, la urgencia por lograr los desafíos de la ambiciosa Agenda 2030 han hecho que los principios del desarrollo sostenible se integren de manera transversal en las compañías. Sin embargo, no todas las áreas avanzan al mismo ritmo. Una encuesta realizada por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas a más de 411 directores y directoras de 161 entidades adheridas a la iniciativa, muestra que los departamentos de compras y proveedores, producción y área financiera caminan lento en la carrera de los ODS. Aún hay mucho por hacer.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una brújula para seguir avanzando en un contexto complejo para la sociedad en su conjunto y para las empresas en particular.  Aunque históricamente la sostenibilidad y las acciones vinculadas a la RSC han sido relegadas únicamente a los departamentos de sostenibilidad y medioambiente, cada vez es más evidente la necesidad de integrarlos de manera transversal a la empresa.

La urgencia por alcanzar los retos que propone la Agenda 2030 en un año especialmente dificil, hace que todas las áreas de las empresas deban guiar sus operaciones bajo el paraguas tanto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como de los Diez Principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Para conocer cómo avanzan las empresas en este campo, la Red Española del Pacto Mundial ha realizado una encuesta a más de 411 directores/as de 161 entidades adheridas a la iniciativa, los cuales pertenecen a 13 áreas departamentales, desde la dirección ejecutiva o máximo cargo hasta el departamento de recursos humanos, de marketing o de cumplimiento normativo.

Los resultados de esta investigación muestran cuáles son las áreas que presentan mayores avances y cuáles necesitan acelerar el ritmo para no quedarse atrás. Entre los resultados, se destacan las áreas de compras y proveedores, producción y el área financiera como aquellas con un mayor margen de mejora. Éstas, a pesar de ser clave para el impulso de la sostenibilidad dentro de la compañía, reflejan espacios de vacancia y falta de correcta implementación que han de abordarse con premura si realmente se quiere alinear la estrategia de la organización con los ODS.

En primer lugar, la investigación afirma que la gestión sostenible de las compras y la cadena de suministro es un punto vital para asegurar la transición de la compañía hacia el desarrollo sostenible. Es claro que si las empresas no adquieren materias primas que cumplan con los criterios de sostenibilidad y/o no seleccionen proveedores que respeten los derechos humanos y medioambientales, será imposible conseguir que el producto o servicio final de la empresa cumpla con lo establecido en la Agenda 2030.

La buena noticia es que el estudio realizado por la Red Española desvela que el 67% de los directores de compras encuestados son conscientes de este impacto. Sin embargo, de los directores encuestados dentro de esta área, tan sólo un 22% conoce la Agenda 2030 en profundidad y únicamente un 33% los integra dentro de la estrategia.

Por otro lado, vinculado al área de producción, los resultados del estudio muestran que sí que se tiene un conocimiento tanto de la Agenda 2030 como de su impacto en la misma que se encuentra en línea con el conocimiento general de la empresa con un 50% en el primer caso y un 56% en el segundo. No obstante, tanto la integración de los ODS, realizada por el 38% de los encuestados, como el mapeo de impactos (31%) y el establecimiento de compromisos públicos (19%) se encuentra muy por debajo de la media empresarial.

Resulta factible afirmar, por lo tanto, que, si ambas áreas son conscientes de su impacto, pero no llegan a pasar a la acción, podríamos pensar que el problema radica en una falta de conocimiento sobre las medidas que se pueden llevar a cabo para cumplir con la Agenda 2030 dentro de estos departamentos. Es por esto, que le informe concluye que, para solventar esta posible laguna, debería cobrar un mayor peso la formación en ODS, la cual actualmente tan sólo es realizada por el 11% de las áreas de compras y el 19% de las áreas de producción encuestadas.

La formación es una pieza clave para lograr transformaciones realmente contundentes. La apuesta de las organizaciones por la sostenibilidad exigirá también una reestructuración de los presupuestos de manera que se dirijan fondos hacia la transformación del modelo empresarial considerando todos los gastos y beneficios que ésta puede implicar.

Es por esto que si realmente hay una intención de alinear el negocio con la Agenda 2030, la integración de los ODS en este departamento es fundamental para dirigir el flujo capital. Sin embargo, los datos extraídos de la encuesta apuntan al desconocimiento de esta área tanto sobre los ODS como sobre su impacto en ellos, señalado exclusivamente por un 12% de los directores encuestados. En consecuencia, la integración de los ODS en la estrategia del área es también de las más bajas, con un 35%, treinta puntos porcentuales debajo de la media empresarial.

Si bien es importante reconocer que hay muchas áreas que han logrado incorporar los ODS de manera rápida y avanzan a buen ritmo, es real que aún hay mucho por hacer. Si queremos ver resultados y producir un verdadero impacto social, es momento de apretar el acelerador.

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