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Aunque parezca impensado aún hoy, en el siglo XXI, muchos países sufren la escasez de agua potable en sus territorios. Para hacerle frente a esta situación, AURA afirma que los sistemas de recogida de agua de lluvia pueden ser de gran ayuda para resolver esta problemática causada por el cambio climático.

Aunque parezca difícil de creer, lo cierto lo cierto es que en muchos lugares del mundo aún hoy el agua potable es un lujo de pocos. La escasez de este elemento esencial para la vida es cada vez más grave. El calentamiento global ha provocado la alteración del ciclo del agua, lo que se traduce en menos lluvias y más torrenciales, dando lugar a una combinación de sequías y campos arrasados que, en los países con economías más débiles, aumenta las dificultades de vida de la población. Ante esta realidad, además de frenar el cambio climático, es necesario buscar soluciones reales al problema actual de la falta de agua potable, que afecta a más de 700 millones de personas en todo el mundo. Para la empresa social AUARA, parte de esa solución está en la instalación de canalizaciones y tanques de almacenamiento de agua de lluvia.

Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA explica que, “Parece que poco a poco vamos comprendiendo la urgencia de frenar el cambio climático, y no faltan medidas para reducir las emisiones de CO2, apostar por las energías renovables o impulsar la economía circular. Eso son soluciones de cara al futuro, pero ¿qué se está haciendo en el presente para hacer frente al problema de la escasez de agua provocada por el cambio climático? La realidad es que los países más pobres, los que menos gases de efecto invernadero emiten, son los que más están sufriendo su impacto, y existen soluciones que se pueden desarrollar para tratar de facilitar su acceso al agua potable”.

Si bien en cuanto al nivel de precipitaciones este territorio no se puede tratar como un todo homogéneo (existen grandes diferencias entre sus diferentes regiones), lo cierto es que diversos países africanos cuentan con lluvias abundantes, y según datos de la FAO, las regiones del oeste y el centro de Europa y las del África Subsahariana reciben más o menos el mismo promedio de precipitaciones: unos 800.000 litros/Km2 al año.

Espinosa de los Monteros afirma que, “Parte de los proyectos sociales de AUARA consiste en la instalación de estas infraestructuras en países en vías de desarrollo, por lo que sabemos que el coste medio de instalar un tanque de 10.000 litros con sus canalizaciones ronda los 1.800 euros. Es decir, por cada Km2 habría que invertir 10.800 € para instalar esos seis tanques, y cerca de 265.000 millones de euros para abastecer a todo el territorio del África Subsahariana. Puede parecer mucho, pero si pensamos que el pasado año, solo en la campaña del Black Friday, el gasto a nivel global ascendió a 606.000 millones de euros, puede que estemos enfocando mal las prioridades de la humanidad”.

La FAO ha determinado que solo el 39% del agua de lluvia se destina a consumo humano (el resto se evapora a través de bosques, zonas naturales y cultivos), por lo que esta parte del continente africano contaría con 312.000 litros/Km2 al año de agua de lluvia disponible. Teniendo en cuenta que su densidad de población es de 32 habitantes/Km2, y que la cantidad de agua diaria que necesita una persona se calcula en 5 litros, harían falta tan solo 58.400 litros/Km2 al año para abastecer a esas 32 personas. Por tanto, habría agua suficiente para ellas si se instalaran seis tanques de 10.000 litros en cada Km2, con sus correspondientes canalizaciones, para recoger esa cantidad de lluvia y garantizarle el acceso a agua potable.

 

 

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