Giorgio Armani da un paso más para reducir su impacto medioambiental y presenta su nuevo perfume My Way con un ambicioso proyecto sostenible que analiza todo el ciclo de vida del producto, además de ofrecer un sistema innovador que permite al consumidor reutilizar el frasco sin necesidad de ir al establecimiento a recargarlo.
El lanzamiento de My Way, que ha requerido un profundo análisis de su ciclo de vida, se ha desarrollado tras el análisis con SPOT (Sustainable Product Optimization), la herramienta del Grupo L’Oréal creada en 2013 para analizar el impacto social y ambiental de cada lanzamiento a través de 14 indicadores que garantiza que no se pueda lanzar ningún producto si no mejoran sus indicadores. Un exhaustivo análisis sobre su producción, abastecimiento de materias primas, el uso que le dan los consumidores y el final de vida del producto, entre otros.
El proyecto se suma al compromiso medioambiental de Giorgio Armani iniciado en 2010 con Acqua For Life, cuyo objetivo principal es proporcionar acceso universal al agua potable en las regiones más vulnerables con escasez. “Creo que los desafíos medioambientales deberían ser una gran preocupación para todo el mundo, ahora más que nunca. No podemos ignorar el hecho de que el futuro de las nuevas generaciones depende de nuestras elecciones”, afirma Giorgio Armani.
Por primera vez en el sector de las fragancias de lujo Armani presenta un sistema que no requiere ningún embudo ya que se recarga enroscando el recambio directamente al envase evitando así desperdiciar el producto. Además, el nuevo lanzamiento de Giorgio Armani –tanto su frasco de 50 ml como su recambio de 150 ml- dan un paso más allá al reducir un 32% el cartón, un 55% el vidrio, un 64% el plástico y un 75% en el metal en comparación con cuatro envases de espray de 50 ml. Además, ambos envases pueden reciclarse de forma separada.
Además, en línea con los objetivos globales de L’Oréal a través de su compromiso a 2030, L’Oréal for the Future, Giorgio Armani da un paso más allá y se compromete a reducir su huella de carbono en un 25% adicional para lograr la neutralidad de carbono para todos sus productos en 2025, algo que ya logra My Way. El proyecto ha sido desarrollado en colaboración con Quantis, una consultora medioambiental que colabora con el Grupo L’Oréal creando un método exclusivo para medir la huella de carbono de todo el ciclo de vida del perfume, desde el marketing y ventas hasta su uso por parte del consumidor.
Con un plan a cinco años y como apoyo a las comunidades de donde provienen algunas de sus materias primas –contiene vainilla de Madagascar- Giorgio Armani colabora con la ONG Fanamby, para asegurar su aprovisionamiento solidario a través de un programa de impulso al emprendimiento local, además de proteger la biodiversidad gracias a la reforestación de 150 hectáreas de bosques que beneficiará
al 30% de los pequeños granjeros de la región. Además, la marca ha presentado este año un proyecto adicional de protección de 650 hectáreas de bosques de Ankeniheny-Zahamena en Madagascar, que acogen uno de los más ricos ecosistemas de la isla, con más de 2.000 especies vegetales. En concreto, Armani compensa 7.000 toneladas de emisiones de CO2 residuales durante el primer año de producción de My Way y se compromete a hacerlo en los años siguientes.
