Un bono es un instrumento de deuda que las empresas emiten en los mercados de capitales para captar financiación de los inversores institucionales. Los bancos también emiten deuda: es una manera de obtener financiación con la que, después, prestan dinero a sus clientes. Junto a los depósitos de sus clientes, las emisiones son, para los bancos, una fuente adicional de financiación para ejercer su actividad.
En el caso de BBVA, ya son tres los bonos verdes que ha emitido. En 2018, fue el primer banco español en estrenarse con el bono verde de mayor importe en la eurozona en ese momento, por 1.000 millones de euros. Fue una emisión de deuda senior no preferente, a un plazo de siete años. El banco logró reducir la huella de carbono en cerca de 275.000 toneladas gracias a este bono, al destinar el capital a financiar proyectos de energías renovables y transportes sostenibles. Un año después, su segundo bono verde repitió el importe y el plazo del primero, y también tuvo una excelente acogida entre los inversores, con una demanda que casi triplicó el importe colocado al final. A través de los proyectos financiados con los bonos verdes de BBVA emitidos en 2018 y 2019 se ha evitado la emisión de 724.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que equivale a las emisiones anuales de 285.000 coches; se ha tratado un volumen de agua equivalente al consumo anual de más de 140.000 personas; y se ha gestionado un volumen equivalente a los residuos anuales de cerca de 600.000 personas.
Los bonos contingentes convertibles o CoCos son emisiones híbridas con elementos de deuda y capital. Su principal característica es que pueden llegar a convertirse en acciones si el ratio de capital CET1 (el capital mínimo de calidad de una entidad financiera) desciende por debajo de un nivel determinado. Dependiendo de sus características, estas emisiones se asemejan en mayor o menor medida a bonos o a acciones, lo que hace que también tengan una prelación a la hora de asumir pérdidas en caso de que se produjera una quiebra de la entidad.
Se trata de instrumentos perpetuos (sin un vencimiento determinado) aunque el emisor se reserva el derecho de rescatar el bono, una vez se cumpla un período concreto desde su lanzamiento (normalmente cinco años).
En el caso concreto de un CoCo verde, como ha emitido BBVA, la novedad reside en que la financiación obtenida en el mercado mayorista se destina a financiar o refinanciar proyectos sostenibles, como cualquier otro bono verde. Sin embargo, al tratarse de instrumentos perpetuos, no hay un plazo predeterminado para esa financiación, sino que existe un compromiso para reinvertir y preservar esa reinversión en proyectos verdes durante toda la vida del bono.
La financiación de proyectos verdes no necesita igualar el plazo del bono con el vencimiento de los activos subyacentes. El compromiso consiste en dotar activos elegibles (verdes) para financiar durante la vida del bono. En el caso concreto del CoCo de BBVA, el compromiso supone: