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Ante esta larga cuesta de 2020 muchas personas intentan encontrar algo que las invite a seguir entre tanta información negativa. Triodos Bank, desde una convicción de muchos años de que no hay que reconstruir ”la vieja economía”, desequilibrada e injusta, sino reiniciar la economía propone una seria de buenos ejemplos para reactivar la economía.

Descubre seis iniciativas concretas, propuestas por Triodos Bank, que mejoran la vida de las personas y fortalecen nuestra sociedad para hacerla más fuerte y humana.  ¿Y si toda la economía fuese así… real, sostenible, diversificada y equitativa?

1. Alimentos con futuro

La Comisión Europea acaba de marcar comoobjetivo que el 25 % de la producción de alimentos en 2030 debe ser ecológica. Además, ahora sabemos que conservar la biodiversidad también es fundamental para reducir los riesgos de aparición y expansión de enfermedades. Esto hace que cobre aún más relevancia la agricultura ecológica, un sector que España lidera en Europa.

En un momento como este, merece aún más la pena recordar a personas y organizaciones pioneras en la implantación de los cultivos ecológicos en nuestro país. Y escucharlas. Es el caso de la gente de Ecovalia que, desde Andalucía, lleva décadas de trabajo en la certificación y difusión de la agricultura ecológica. Este modo de producción evita el uso de plaguicidas dañinos para los polinizadores y emite menos emisiones de efecto invernadero.

2. Oportunidades para quienes no tienen tantas

La experiencia nos demuestra, incluso en situaciones menos excepcionales que estas, que el modelo económico actual no ofrece las mismas oportunidades a todas las personas.

Ante esta realidad, la prioridad absoluta de los llamados centros especiales de empleo y de las empresas de inserción es ofrecer oportunidades de formación y trabajo a personas en situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.

Organizaciones como Sartu, con más de tres décadas de actividad en Euskadi, forman parte de esta economía social que transforma la vida de miles de personas.

3. Educación para la vida en comunidad

Cada vez más escuelas defienden un modelo educativo en el que, más importante que el temario, es cómo lo utilizará el alumnado para vivir en sociedad.

Por eso deciden ser un centro de soluciones para mejorar sus comunidades. Y un buen ejemplo de ello es Imagine Montessori School, en el ecobarrio de La Pinada de Valencia.

Su propósito educativo es que cada niña o niño descubra sus propios talentos y cómo contribuir con ellos a su entorno. Además de por su modelo pedagógico, el colegio también es un referente en sostenibilidad ambiental.

4. Producir igual que la naturaleza

Hay industria textil que aspira a producir sin residuo final, como ocurre en los ciclos naturales.

Iniciativas como Ecoalf, desde Madrid, demuestran que es posible. Esta firma diseña prendas para que duren más y utiliza materiales como el algodón reciclado, que permiten un ahorro sustancial del agua que requeriría cultivar mayores extensiones de esta planta.

Además, Ecoalf tiene en marcha una iniciativa para convertir residuos marinos en prendas de vestir. Su objetivo es trabajar con 20.000 pescadores y utilizar los residuos que, desgraciadamente, recogen durante la pesca.

Así es como generar actividad en nuestro país, vestirse con calidad y limpiar el mar pueden ir unidos.

5. Cuidar es justicia y futuro

La crisis actual nos ha hecho ver, aún más, la importancia de los cuidados de calidad para las personas mayores.

Porque lo merecen y porque difícilmente avanzaremos como sociedad sin contar con su experiencia, su compañía y su participación activa, como grupo poblacional creciente y con mucho que decir y aportar.

Para construir una sociedad más sana y sabia, iniciativas como Macrosad, en Granada, trabajan no solo con sensibilidad y empeño, sino también con innovación. Esta cooperativa se diferencia por vincular a personas mayores y niños como forma de mejorar la calidad de vida de grandes y pequeños.

6. Fábricas de sueños

La cultura, especialmente afectada por la crisis derivada de la pandemia de Covid-19, es esencial para que la sociedad y la vida sean mejores.

En los días de confinamiento, el consumo cultural abrió puertas y ventanas y nos permitió a muchos y muchas seguir adelante. Sin cultura difícilmente podemos despertar la chispa que mantenga vivo nuestro espíritu crítico e imaginar nuevas realidades.

Se trata de algo que tienen muy claro en A Contracorriente, productores y distribuidores de cine europeo que une diversión y diversidad cultural.

Además, recientemente esta empresa dio una nueva oportunidad a los emblemáticos cines Verdi de Barcelona, que adquirieron con financiación de Triodos Bank.

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