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La crisis del coronavirus está sacudiendo el mundo entero, con consecuencias devastadoras en toda Europa. Estamos sufriendo y llorando nuestras pérdidas, y esta crisis está poniendo a prueba los límites de nuestro sistema. La crisis sigue en curso, pero veremos la luz al final del túnel, y luchando juntos, venceremos al virus. En esta reconstrucción, el medioambiente no puede pasar a segundo plano.

Nunca hemos enfrentado una situación tan difícil en tiempos de paz. La lucha contra la pandemia es nuestra principal prioridad y hay que hacer todo lo necesario para detenerla y erradicar el virus. Acogemos con satisfacción y apoyamos firmemente todas las acciones desarrolladas por los gobiernos, las instituciones de la UE, las autoridades locales, los científicos, el personal médico, los voluntarios, los ciudadanos y los agentes económicos.

En esta situación tremendamente difícil, también nos enfrentamos a otra crisis: una conmoción para nuestra economía más dura que la crisis de 2008. La gran conmoción para la economía y los trabajadores creada por la pandemia exige una respuesta económica coordinada y firme. La recuperación económica sólo llegará con inversiones masivas para proteger y crear puestos de trabajo y para apoyar a todas las empresas, regiones y sectores que han sufrido por el repentino parón de la economía.

Después de la crisis, llegará el momento de la reconstrucción. Este momento de recuperación será una oportunidad para repensar nuestra sociedad y desarrollar un nuevo modelo de prosperidad. Este nuevo modelo tendrá que responder a nuestras necesidades y prioridades.

Estas inversiones masivas deben desencadenar un nuevo modelo económico europeo: más resistente, más protector, más soberano y más inclusivo. Todos estos requisitos residen en una economía construida en torno a los principios ecológicos. En efecto, la transición a una economía neutra desde el punto de vista climático, la protección de la biodiversidad y la transformación de los sistemas agroalimentarios tienen el potencial de generar rápidamente puestos de trabajo, crecimiento y mejorar el modo de vida de todos los ciudadanos del mundo, así como de contribuir a la construcción de sociedades más resistentes.

No se trata de crear una nueva economía desde cero. Ya tenemos todas las herramientas y muchas nuevas tecnologías. En los últimos 10 años se han hecho enormes progresos en la mayoría de los sectores de transición, desarrollando nuevas tecnologías y cadenas de valor, y reduciendo drásticamente el costo de la transición (incluyendo, entre otras cosas: energía renovable, movilidad de emisión cero, agroecología, eficiencia energética...).

La voluntad política está aquí. Ya tenemos los planes y la estrategia. Proyectos como el Acuerdo Verde Europeo, y otros planes nacionales de desarrollo de carbono cero tienen un enorme potencial para reconstruir nuestra economía y contribuir a crear un nuevo modelo de prosperidad. Por lo tanto, consideramos que necesitamos preparar a Europa para el futuro, y diseñar planes de recuperación, tanto a nivel local, nacional como de la UE, que consagren la lucha contra el cambio climático como el núcleo de la estrategia económica. Ha llegado el momento de convertir estos planes en acciones e inversiones que cambien la vida de los ciudadanos y contribuyan a la rápida recuperación de nuestras economías y nuestras sociedades.

En este sentido, BBVA se ha adherido a esta inciativa. “Los retos sobre cambio climático están igual de vigentes. En todo caso, la pandemia ha dado mayor importancia a la agenda de sostenibilidad“, ha destacado su presidente, Carlos Torres Vila.

También hay que reconocer que el impacto social de la epidemia de Covid-19 ya es tremendo y que la resistencia a nuevas inversiones en la transición hacia una economía climáticamente neutra es el camino a seguir. Para que las iniciativas, como el Acuerdo Verde Europeo, sigan siendo ampliamente aceptadas, tienen que responder más que nunca a las necesidades sociales de nuestra sociedad. Se ha avanzado en la identificación de los posibles desafíos sociales de la transición, y se han desarrollado, y aún pueden desarrollarse más, herramientas para asegurar una transición justa y equitativa.

El Covid-19 no hará que el cambio climático y la degradación de la naturaleza desaparezcan. No ganaremos la lucha contra el Covid-19 sin una respuesta económica sólida. No nos opongamos a esas dos batallas, sino que luchemos y ganemos al mismo tiempo. Al hacerlo, sólo seremos más fuertes juntos.

En este artículo se habla de:
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