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Un estudio de Luis Ayala (UNED y Equalitas) y Olga Cantó (Universidad de Alcalá y Equalitas) para el Observatorio Social de La Caixa sostiene que una de las principales razones de que España tenga unos niveles tan altos de desigualdad es la menor capacidad del sistema de impuestos y prestaciones para reducir las desigualdades que se producen en la distribución de las rentas primarias.

El informe, presentado por Fundación La Caixa  y titulado:Los efectos redistributivos de las prestaciones sociales y los impuestos: un estado de la cuestión”, revela que España es uno de los países de la Unión Europea con mayor desigualdad de ingresos. Sobre esto, el estudio sostiene que una de las claves es la menor capacidad de las políticas públicas para reducir la desigualdad. Esta capacidad está muy concentrada en algunas prestaciones e impuestos y son varios los factores que limitan el impacto sobre la desigualdad de los distintos instrumentos redistributivos.

En primer lugar, el informe detalla que, si bien la situación excepcional que estamos viviendo causada por la crisis del coronavirus, esta caracterización no es exclusiva de este período reciente, si bien la intensidad y duración de la pasada crisis económica hicieron que los indicadores aumentaran más que en otros países. En este sentido, indica que en la etapa reciente de recuperación de la actividad económica y del empleo, la desigualdad ha mostrado una cierta resistencia a la baja, lo que indica que tiene un importante componente estructural.

Las explicaciones más habituales han girado sobre dos factores determinantes: la singularidad del mercado de trabajo español, con altos niveles de desempleo y una alta precariedad laboral en el contexto comparado, y la debilidad de la capacidad redistributiva del sistema de impuestos y prestaciones sociales. Cualquier intento de explicación de la desigualdad en nuestro país pasa por identificar qué instrumentos dentro de ese sistema de impuestos y transferencias producen un efecto igualador de las rentas y cuáles no, afirman los expertos.

El preciso y consistente informe publicado por La Caixa, se organiza en los siguientes 10 puntos clave

  1. Una de las principales razones de que España tenga unos niveles tan altos de desigualdad es la menor capacidad del sistema de impuestos y prestaciones para reducir las desigualdades que se producen en la distribución de las rentas primarias.
  2. Los principales avances en la reducción de la desigualdad en España tuvieron lugar en los años ochenta con el desarrollo de prestaciones sociales y de la imposición progresiva. En la última crisis, la desigualdad creció y en la recuperación ha disminuido a un ritmo muy lento en comparación con la recuperación del empleo.
  3. Las pensiones son el instrumento con mayor efecto redistributivo, como sucede en otros países de renta alta. Las prestaciones por desempleo tienen un mayor efecto sobre la distribución de ingresos que en otros países, pero su papel se ha ido moderando por la caída de la tasa de cobertura y la ganancia de peso de la modalidad asistencial, con menor intensidad protectora que la contributiva.
  4. La capacidad redistributiva de la última red de protección económica -el sistema de prestaciones de garantía de ingresos- es muy limitada. A diferencia de otros países, no hay una única red sino un mosaico muy complejo de prestaciones, con lagunas de protección y grandes diferencias territoriales en la protección del riesgo de pobreza.
  5. En claro contraste con lo que sucede en los países europeos con Estados de bienestar más sólidos, las prestaciones familiares en España tienen un efecto muy pequeño sobre la redistribución de la renta.
  6. El gasto sanitario en España tiene un alto efecto redistributivo, siendo el mayor de las prestaciones sociales en especie. En la última década, los recortes introducidos en algunas partidas han disminuido su progresividad en partidas como el gasto farmacéutico.
  7. El efecto global del gasto en educación en España es redistributivo, aunque menor que el de la sanidad. No todos los gastos, sin embargo, son progresivos y persisten problemas relevantes conectados a desigualdades de origen social, como el abandono escolar prematuro.
  8. El impuesto sobre la renta en España es el segundo instrumento más redistributivo tras las pensiones. Su capacidad para corregir la desigualdad ha ido reduciéndose en el tiempo por el proceso de reducción de los tipos impositivos.
  9. España no es una excepción en la tendencia a que la imposición indirecta gane cada vez más peso en el conjunto de ingresos públicos. El IVA es un impuesto regresivo y sus reformas han reforzado ese carácter. Aunque con un impacto pequeño, otros impuestos al consumo, como los impuestos especiales, son también regresivos.
  10. Los impuestos sobre la riqueza contribuyen poco a la redistribución y están muy limitados

Una de las principales conclusiones a las que aborda el informe es que hace ya varias décadas que la desigualdad dejó de reducirse significativamente en España. Lamentablemente, no disminuyó en el largo período de bonanza anterior a la crisis pese a la notable creación de empleo. Los indicadores crecieron a niveles muy altos durante aquella etapa y en la más reciente de recuperación han disminuido a un ritmo muy lento.

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