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Un estudio de la consultora McKinsey, recién publicado, anuncia las características recurrentes que presenta y presentará el riesgo climático. De entre ellas destacan: su aumento, localización y no linealidad.

Según el informe de la consultora McKinsey 'Riesgo y respuesta climática: Peligros físicos e impactos socieconómicos" publicado a principio de 2020, el riesgo físico del cambio climático ya está presente y creciendo. Del estudio se desprenden siete características de este fenómeno: 

En primer lugar, el riesgo climático aumenta: en cada uno de los nueve casos que han investigado, el nivel de riesgo climático físico aumenta para el año 2030 y aún más para el 2050. De hecho, los aumentos del impacto socioeconómico se estiman de entre dos y 20 veces para 2050 en comparación con los niveles actuales, y estos riesgos climáticos físicos también aumentan a lo largo del análisis global de países realizado por la consultora. Aún así, se ha detectado que pese a estos riesgos, algunos países encuentran algunos beneficios como el ejemplo de Canadá con el aumento esperado en sus rendimientos agrícolas. 

Por otro lado este riesgo climático físico es espacial puesto que se manifiestan localmente, es decir que sus impactos directos se entienden en el contexto de un área geográficamente definida, existindo variaciones entre países y dentro de los países.

Además de espacial, el estudio presenta este riesgo como no estacionario: A medida que la Tierra continúa calentándose, el riesgo climático físico está en continuo cambio, y no es estacionario. La ciencia climática nos dice que el calentamiento adicional y el aumento del riesgo sólo pueden detenerse con el logro de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Además, dada la inercia térmica del sistema terrestre, es probable que también se produzca algún tipo de calentamiento una vez que se alcance el nivel de cero emisiones netas.

Otra característica es que es no lineal: Es probable que los impactos socioeconómicos se propaguen de manera no lineal a medida que los peligros alcancen umbrales más allá de los cuales los sistemas fisiológicos, artificiales o ecológicos afectados dejen de funcionar por completo. También se considera sistémico: Si bien el impacto directo del cambio climático es local, puede tener repercusiones en todas las regiones y sectores, a través de sistemas socioeconómicos y financieros interconectados.

Este riesgo es regresivo porque las comunidades y poblaciones más pobres dentro de cada uno de los casos del estudio son típicamente las más vulnerables. Por lo tanto, el riesgo climático crea desigualdad espacial, beneficia simultáneamente a algunas regiones y perjudica a otras.

Por último, si bien las empresas y las comunidades se han estado adaptando para reducir el riesgo climático, es probable que el ritmo y la escala de adaptación tengan que aumentar significativamente para manejar los crecientes niveles de riesgo climático físico. La adaptación va a implicar un aumento de los costes y de la toma de decisiones que incluye una inversión en el endurecimiento o la reubicación de personas y activos.

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