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El estudio de innovación social ‘Impacto de la inserción laboral de personas con discapacidad en el marco del Programa Inserta’ desarrollado por Fundación ONCE y elaborado por PwC con el apoyo del Fondo Social Europeo (FSE) mide el impacto social de la integración laboral de las personas con discapacidad. Las políticas de integración laboral que llevan a cabo las empresas permiten la reducción de la exclusión social de las personas con discapacidad y la mejora en la gestión de las personas de las empresas, además de la disminución del gasto de las administraciones públicas.

Según el informe presentado este lunes, las administraciones públicas presentan un ahorro de 13.237 euros por cada persona con discapacidad empleada en una empresa ordinaria, una cifra que es equivalente a 3,8 veces el gasto medio por persona beneficiaria de las ayudas concedidas en España a la integración laboral de personas con discapacidad en 2017.

En la presentación del estudio participaron Patricia Sanz, vicepresidenta tercera del Consejo General de la ONCE; Ángel María García Frontelo, subdirector general de la Unidad Administradora del Fondo Social Europeo del Ministerio de Trabajo; José Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE; Loreto Sanmartín, directora de APD Zona Centro; Maria Tussy, jefa de programas Europeos de Fundación ONCE; Jordi Esteve, socio responsable de Economics Strategy&-PwC, y Raquel Antón, senior manager de Strategic&-PwC.

Patricia Sanz subrayó la importancia de este proyecto: “Cuando las cosas se miden pasamos de hablar de inserción laboral de personas con discapacidad a inclusión social de personas con o sin discapacidad”. El estudio muestra que contratar a una persona con discapacidad tiene valor en sí mismo para la persona, pero también para las empresas que la contratan, Sanz asegura que “esta medición hoy es posible gracias a este proyecto”. 

Por su parte, Ángel García Frontelo añadió que el Fondo Social Europeo hace “una inversión rentable y eficiente” en las personas. Y en cuanto a la gestión de esa inversión, la "Fundación ONCE es un socio preferente y de mucho valor en la Unión Europea”. Por último, José Luis Martínez Donoso apuntó el efecto transformador que tiene el empleo para una persona con discapacidad: “Ahora también sabemos el valor monetario y cómo beneficia a las empresas”.

Por otro lado, el trabajo realizado por PwC, bajo el nombre D_INNOVAR_, basa el estudio en las políticas de integración laboral de personas con discapacidad llevadas a cabo por las empresas que componen el Foro Inserta de Fundación ONCE, donde fueron seleccionadas 20 compañías para medir su impacto social empleando la tecnología IS_IMPACT.

Una vez hecho el análisis, los resultados muestran que las personas con discapacidad empleadas por las mencionadas empresas antes de su inserción laboral registraban un nivel de inclusión social de 76,9 puntos en una escala de 100, que representa la plena inclusión. Tras el acceso al empleo, estas personas han alcanzado un nivel de 90,5 puntos, es decir que han reducido en un 59% su nivel de exclusión inicial. Por lo tanto, encontrar un empleo impacta positivamente en su calidad de vida tras estudiar las distintas dimensiones analizadas. Además, afecta en el bienestar material, mejora el bienestar emocional y contribuye a su desarrollo personal.

La totalidad de los responsables de las compañías analizadas coinciden en que se ha producido un aumento de la diversidad, lo que está  aportando valor diferencial a la compañía, así como una mejora en la motivación de sus trabajadores y del clima laboral. También añaden que está afectando positivamente a la accesibilidad y al diseño para todos de las instalaciones utilizadas por los clientes e influye positivamente en el desarrollo de nuevos productos y servicios.

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