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Entre el 12 y el 15 de septiembre ha tenido lugar el primer Campamento de Activismo, creado por Greenpeace y el Instituto Internacional para la Acción Noviolenta (Novact) en el Valle del Tiétar, Ávila. En este encuentro en plena naturaleza han participado 250 personas para formarse en la movilización social a partir de acciones pacíficas y tejer redes para defender la justicia social y climática.

En el corazón de la Sierra de Gredos, nace el primer campamento de este tipo, creado para formar en activismo y dirigido a jóvenes de 16 a 35 años de todo el país con diferentes grados de experiencia y participación en grupos, así como en colectivos, organizaciones o movimientos sociales que quieren profundizar en la cultura de la noviolencia. 

Ante la necesidad de unir la experiencia de los que llevan tiempo en el activismo pacífico y la energía y emergencia de los jóvenes comprometidos con movimientos como 'Fridays For Future' que irrumpen con mucha fuerza pero con poca experiencia, ha nacido el Campamento de Activismo para tejer redes más sólidas y adquirir habilidades en la desobediencia civil pacífica, plantar cara a la injusticia, aprender las mejores técnicas de resistencia, gestionar los miedos, saber valorar las consecuencias de los actos y aprender a defenderse.

Durante los cuatro días, por el campamento de activismo han pasado 30 formadores de Novact, Greenpeace y otras organizaciones para compartir su experiencia en la protesta pacífica y sus habilidades para la movilización social. En este encuentro presencial en plena naturaleza, durante las mañanas los participantes se dividieron en cinco itinerarios formativos, complementándolos con talleres prácticos y "open spaces" por las tardes. El primer itinerario consistió en plantar cara a las injusticias a través de la desobediencia civil y la a​cción directa noviolenta​. La segunda formación fue la de crear contrapoder a través del diseño de campañas y la incidencia política, desarrollando estrategias para incidir en las personas que toman decisiones políticas. Comunicar para el cambio social en prensa y redes sociales fue otra de las formaciones en la que se impartió las claves para una comunicación organizada y exitosa. El cuarto itinerario presentaba diferentes formas de organizarse, de construir comunidad y liderarlo, clave para pasar a la acción. Por último, también los participantes pudieron disfrutar del itinerario de artivismo, donde se destacó el poder de la creatividad para intervenir, cambiar narrativas dominantes y repensar el activismo usando el arte y la acción como herramientas de cambio social. 

Silvia Martínez Rocher, miembro de Greenpeace y una de las responsables de la organización del campamento, asegura que con esta escuela han conseguido canalizar la energía de muchos activistas jóvenes, tejer redes y empoderar. También ha recordado que queda mucho trabajo por hacer pero que todas las personas juntas somos más fuertes. 

María Lain, miembro del movimiento estudiantil 'Fridays For Future' en Madrid asegura que ha optado por este campamento porque quiere aprender sobre activismo: "Hace poco que soy activista, y quiero saber cómo gestionar ciertas situaciones y escuchar la experiencia de otras personas de otros movimientos o colectivos. Es una oportunidad para conocer a gente, hacer red de contactos, y saber que no estamos solas en esta movilización". A la pregunta de porqué se hizo activista, María explica que está cursando un Máster de Cooperación Internacional y tuvo una asignatura de ecología que le hizo darse cuenta de la situación real, tomando conciencia sobre ello. Además confiesa que su toma de conciencia coincidió con el momento en el que Greta Thunberg pronunció su discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 y fue definitivo para sumarse a la oleada de movilizaciones que surgieron después. 

En definitiva, el campamento de activismo ha sido un espacio colectivo en el que compartir herramientas y experiencias en desobediencia civil y noviolencia para avanzar hacia una sociedad más democrática y justa porque un activista no nace, se hace. 

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