¿Cuánta desigualdad somos capaces de soportar? O mejor dicho, ¿cuánta inestabilidad derivada de la desigualdad queremos soportar? ¿A qué nivel de inestabilidad nos llevan las diversas desigualdades? Estas preguntas fueron algunas de las que se plantearon durante la VI edición del foro ‘Diálogos en La Granja’, organizado por Quiero, consultora que trabaja en la ecuación negocio, sostenibilidad y marca, y el IESE CBS (Center for Business in Society), cuyas conclusiones se presentaron el pasado viernes.
'Diálogos en La Granja' surgió en 2009 como un think tank para fomentar la reflexión e intercambiar ideas sobre tendencias con el propósito de abordar la construcción de una sociedad más próspera e igualitaria. Hasta la fecha ya se han celebrado seis ediciones de “Diálogos en La Granja” que han abordado aspectos como: Mercados de capitales, Energías renovables, Pensiones, Smart Cities, Modelo de crecimiento y Desigualdad.
Los diez expertos que el pasado mes de mayo se reunieron durante dos días en el Real Sitio de San Ildefonso (La Granja, Segovia) consideraron que, frente a la desigualdad, cabe adoptar una postura minimalista, de luchar por una mayor justicia, por evitar las discriminaciones, etc., y otra más aspiracional, de reducir al máximo la desigualdad en todas sus formas. Pero en ambos casos, se impone alcanzar una igualdad de derechos y oportunidades real que combata estos desequilibrios en el largo plazo, porque las desigualdades son múltiples: económica, política, demográfica, de género, territorial, tecnológica, alimentaria o medioambiental.
En una coyuntura en la que las diversas sociedades y poblaciones son capaces de soportar niveles crecientes de desigualdad y se van adaptando a la situación, los participantes en el encuentro coincidieron en que la economía no puede centrarse sólo en un crecimiento ilimitado basado en los recursos finitos del planeta, si eso supone dejar atrás a parte de la sociedad, puesto que esta situación fractura la convivencia, genera migraciones, conflictos, guerras, tensiones medioambientales y frena el crecimiento social.
“Si queremos prosperar como sociedad, no podemos permitirnos que la desigualdad se siga agudizando como si no pasara nada mientras no nos afecte directamente. Por eso, compartimos las conclusiones de esta nueva edición de Diálogos en La Granja, con el fin de que las diferentes visiones de los expertos participantes y los acuerdos que se alcanzaron para impulsar propuestas de acción puedan realmente movilizar el cambio; porque la desigualdad es un reto que debemos afrontar entre todos”, explica José Illana, fundador de Quiero e impulsor de ‘Diálogos en La Granja’.
“La desigualdad no es un aspecto técnico, sino que es algo real que nos recuerda que vivimos desequilibrios sociales que están muy cerca de nosotros. Por eso, para abordar la desigualdad necesitamos transitar hacia un cambio de mentalidad fraternal y no egoísta, recuperar valores como la dignidad de la persona, la justicia o la solidaridad y sentir que es parte de nuestra propia felicidad que todos vivan bien”, considera Joan Fontrodona, profesor ordinario y director del Departamento de Ética Empresarial del IESE, además de titular de la Cátedra CaixaBank de RSC y director del Center for Business in Society.
El punto de partida del foro de debate se centró en qué desigualdades son tolerables y no tienen solución, y cuáles son intolerables, analizando el punto de vista de los tres agentes involucrados -Estado, empresas y ciudadanía- y cómo pueden actuar para afrontar las crecientes desigualdades, entre ellas la pobreza. Las dos sesiones de trabajo estuvieron moderadas por Joan Fontrodona y por Sandra Pina, socia de Quiero y directora general de Sustainable Brands Madrid.
Respecto al Estado, para alcanzar un equilibrio sostenible real entre los mercados, la economía y la sociedad, éste debe mediar y redistribuir los recursos a través de políticas fiscales, la regulación laboral (potenciar la negociación colectiva, los salarios dignos, etc.), o el acceso a la educación, que genere una “sociedad del aprendizaje”.
Por su parte, las empresas deberían comprometerse con la reducción de las desigualdades si quieren ser sostenibles en el medio y largo plazo, porque éstas provocan riesgos y costes, y erosionan su base de consumidores. Además, tendrían que impulsar el consenso sobre los valores que construyen la sociedad de bienestar, como el empleo, la educación, la sanidad o los salarios dignos.
Por último, la sociedad civil debería ser un actor transformador e impulsor de cambios sociales y con impacto, más que un amortiguador de las desigualdades, como está ocurriendo en la actualidad, a través del acceso a la tecnología, la educación, la sanidad o la justicia, que son palancas que lo posibilitan.
Al igual que en ediciones anteriores ediciones, los participantes provinieron de diferentes entornos de conocimiento y desarrollo profesional, como Joan Fontrodona, profesor ordinario y director del Departamento de Ética Empresarial del IESE, además de titular de la Cátedra CaixaBank de RSC y director del Center for Business in Society; Juan José Litrán, director de relaciones Corporativas de la compañía Coca-Cola en España y Portugal y de la Fundación Coca-Cola; Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) para España; José María Vera, director general de Oxfam Intermón; José Luis Fernández Fernández, director de la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia de Comillas; Susana Hidalgo, presidenta de Refugees Welcome España; Javier Aranzadi, doctor en Ciencias Económicas y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid; Gisella L. Olivares Ponce, investigadora en la línea de alimentación sostenible del Observatorio para una Cultura del Territorio; Francisco Hortigüela, director general de AMETIC, y Miguel Artola, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid.