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El 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una jornada para recordarnos que no tenemos dos planetas pero también para concienciar sobre la reducción de residuos en un planeta donde cada vez se genera más basura. Ya conocemos las tres R de Reducir, Reutilizar y Reciclar, pero habría que añadir otras dos: Reparar y Rechazar.

La Unión Europea (UE) aprobó el año pasado la normativa comunitaria que establece las obligaciones de reciclaje de residuos urbanos y aspira al objetivo de reciclar el 65% de los residuos urbanos en 2035. Se hará de forma gradual, los gobiernos de los 28 países, a través de sus ciudades, estarán obligados a reciclar el 55% de los residuos urbarnos en 2025, el 60% en 2030 y finalmente el 65% en 2035. Además, la normativa impone la práctica de una recogida selectiva de los residuos domésticos considerados peligrosos a partir de 2022, los residuos biológicos en 2023 y los residuos textiles en 2025. 

En cuanto a los residuos domésticos municipales depositados en los vertederos, los Estados miembros se han comprometido a reducirlos en al menos un 10% para 2035. En España se recicla el 34% de los residuos municipales, la media de Europa en 2017 fue del 44%, pero lo cierto es que presenta uno de los mejores datos en Europa en cuanto al reciclaje de envases domésticos, reciclando el 70% de los envases que van al contenedor amarillo y azul como el plástico, el metal, los tetrabricks, el papel y el cartón. En parte este gran avance ha sido posible desde que en 1991 se crearan los Sistemas Integrados de Gestión (SIG), coordinados por la organización Ecoembes. La misma entidad desvela que ya 8 de cada 10 españoles separan los residuos en sus hogares, sobre todo la generación de adultos entre 35 y 54 años.

Para una mayor concienciación en las grandes ciudades, Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión del reciclado de envases de vidrio en España, ha colocado en el centro madrileño, un contenedor de 8 metros de altura para recordar a los ciudadanos, los empresarios y las administraciones públicas que su participación es crucial para frenar el cambio climático y aumentar la tasa de reciclaje. En 2018, el reciclaje de vidrio batió un récord al presentar en la última década un incremento del 9% en las toneladas de envases de vidrio recicladas.

Pero a pesar de que la Unión Europea obliga para el año 2020 reciclar el 50% de todos los residuos domésticos, incluido el textil, y de que solo se recicla el 34% en España, la situación es más preocupante en el ámbito del textil donde solo se recicla el 10% de toda la ropa de la que nos deshacemos anualmente y en esto sí que estamos a la cola de la UE. Tras los residuos orgánicos, los envases y plásticos, el papel y el cartón, y el vidrio, el residuo textil ocupa el quinto lugar en la proporción que más generan los españoles, de ahí que sea vital concienciar sobre una recogida selectiva a las administraciones y a la sociedad en general.

La organización Humana Fundación Pueblo para Pueblo propone como medidas más urgentes, la de instalar más puntos de recogida selectiva en la vía pública. Esta organización promueve desde 1987 la protección del medio ambiente a través de la reutilización de textil y lleva a cabo programas de cooperación al desarrollo en distintos continentes, así como de apoyo local en España.

José David Moreno, impulsor nacional de Humana, indica que el textil representa aproximadamente el 10% de los residuos municipales y añade que “cuando más del 90% del residuo textil en España se desaprovecha, pese a que se halle en buen estado, y sólo una de cada diez prendas se deposita en un punto de recogida autorizado, es necesario actuar con celeridad”. 

Desde la organización sin ánimo de lucro se proponen una serie de medidas para la mejora de la recogida selectiva del textil. En primer lugar, plantea la implementación de una adecuada red de recogida en los municipios donde tendría que haber un contenedor de textil por cada 250-500 habitantes, la proporción actual es de uno por cada 3.000–5.000 en el caso más optimista. A través de una prueba piloto en Rivas-Vaciamadrid, Humana ha duplicado el número de contenedores hasta llegar a uno por cada 400 habitantes, el ratio más elevado de España.

En segundo lugar, se quiere impulsar un servicio de gestión textil que atienda criterios criterios sociales y medioambientales (contratación pública responsable) y no mercantiles. Además proponen desde la organización, el desarrollo de un sistema de aplicación de responsabilidad ampliada del productor (RAP) a los productores y distribuidores de ropa, calzado y artículos textiles del hogar, donde solo Francia lo ha impuesto bajo lo que se conoce como “quien contamina, paga”. Por último, la organización celebra que en 2025, la recogida selectiva de la fracción textil será obligatoria en todos los municipios por exigencia de la UE. 

La prevención, incluyendo la reutilización y el alargamiento de la vida de los productos, es la prioridad dentro de la gestión de los residuos por delante del reciclaje, la valorización y la eliminación, según la Directiva Marco. Ya conocemos las tres R de Reducir, Reutilizar y Reciclar, pero habría que añadir otras dos: Reparar y Rechazar.

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