Esta nueva ley, aprobada el pasado 11 de mayo por el Consejo de Ministros, y ahora en fase de tramitación parlamentaria, transpone la Directiva 2016/97, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de enero de 2016 sobre la distribución de seguros para adaptarla al ordenamiento jurídico español y se implementará a partir del próximo 1 de octubre.
MAPFRE se adelanta a la nueva directriz, cumpliendo su compromiso de ser transparente, orientación y protección al cliente. Actualmente están publicados los documentos informativos de los seguros Todo Riesgo 100 (de automóviles), Hogar Familiar y Salud Reembolso. En las próximas semanas la entidad seguirá incorporando los documentos relativos al resto de ramos y productos.
Este documento tipo es un modelo único para todas las entidades, lo que permite ofrecer una información homogénea al cliente sobre productos similares. El objetivo de esta propuesta es ayudar al cliente a tomar una decisión adecuada aportándole previamente “la información necesaria y esencial del seguro, en un lenguaje sencillo y transparente para facilitar su comprensión”, dicen desde la aseguradora.
La nueva ley persigue dos objetivos. Por un lado, aumentar la protección de los asegurados mediante el incremento de la transparencia y, por otro, establecer unas condiciones de competencia equitativa para todos los operadores del sector. Para ello, se refuerzan las normas de conducta y transparencia y se aumentan los requisitos para la distribución de productos de inversión basados en seguros con el objetivo de evitar conflictos de interés que puedan perjudicar al cliente. En este sentido, se deberá informar al asegurado de todos los costes y gastos asociados. Y advertirle sobre los riesgos conexos a los productos de inversión basados en seguros o a determinadas estrategias de inversión propuestas; y proporcionarle una evaluación periódica de la idoneidad del producto de inversión cuando se ofrezca asesoramiento.
También se establecen requisitos en materia de gobernanza de productos, en particular en el diseño, aprobación y control de estos: los distribuidores que diseñen sus propios productos para venta deberán elaborar, mantener y revisar un proceso de aprobación para cada uno de ellos, así como de las modificaciones que puedan sufrir con el tiempo. Deberán igualmente identificar el mercado al que se destina el producto.