La pandemia de COVID-19 es una emergencia global de salud pública, que precisa de una respuesta coordinada y de manera conjunta de los gobiernos en todo el mundo. Sin embargo, debemos estar atentos a que las iniciativas de los Estados para contener el virus ayuden a encubrir el inicio de una nueva era marcada por una enorme expansión de los sistemas de vigilancia digital invasiva que viole nuestros derechos humanos.